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Niña víctima de negligencia médica, sin compensación por daños


En el Hospital Infantil de Camagüey le pusieron una transfusión con sangre contaminada con el VIH-Sida.

La difícil situación que atraviesa una adolescente en la ciudad de Camagüey fue expuesta por la comunicadora Daneybis de la Celda en el programa Cuba al Día de Radio Martí.

La adolescente, de 14 años de edad, Yilianni Rodríguez Morales vive en la calle Cristenden # 40 entre Orian y Marquesado, Reparto La Mosca, en Camagüey, y padece una enfermedad incurable, que limita su desarrollo tanto físico, como psíquico y social.

Cuando Yilianni era pequeña, fue víctima de negligencia médica cuando, en una transfusión de sangre contaminada, le inocularon el VIH-Sida.

Es necesario para el entendimiento del lector que me remonte 12 años atrás cuando aún esta niñita era sana y por una amigdalitis se le remitió al Hospital Infantil de Camagüey, nombrado Eduardo Agramonte Piña. Teniendo nueve de hemoglobina, en el hospital se le aplicó una transfusión de sangre y, entonces, comenzó la pesadilla de esta familia pues, lejos de rebasar un cuadro que parecía inofensivo, la niña comenzó a empeorar.

Le realizaron varias pruebas y, al detectar que tenía el VIH-Sida, analizaron a los padres por largo periodo para buscar los orígenes. Los exámenes siempre dieron negativo y, al final, le entregaron a la madre un papel a firmar explicando que la causa había sido la transfusión de sangre. Al indagar la madre cómo había ocurrido algo así, la respuesta fue que el donante estaba incubando la enfermedad al momento de donar.

La madre no firmó la conformidad que le pedían con semejante panfleto. Desde entonces, lucha a brazo partido para prolongar la vida de su hija y la calidad de la misma; algo difícil por la poca o ninguna atención que reciben estos enfermos y por las carencias materiales.

De la Celda, que ha dado seguimiento al caso, conversó con la madre de la paciente, Maritza Morales Cubilla, quien se refirió a la falta del Avacavir, uno de los medicamentos que su hija debe tomar.

Morales se refirió a la precaria dieta que incluye 6 bolsas de leche al mes, 1 kg de carne, 1 kg de pollo, 1 kg de pescado, 15 huevos, entre otros alimentos pero en cantidades tan pequeñas que no le alcanza para nada. Además, recibe una pensión de 235 pesos cubanos que prácticamente se le va en pagar estos alimentos y otras necesidades. Dijo que está cansada de presentar el problema a las autoridades cubanas sin que le den ninguna solución.

La vivienda de Maritza se encuentra en estado regular y, a pesar de que la paciente tiene un cuarto para ella sola (privilegio que se ve poco en las viviendas de las personas humildes en Cuba), el colchón está en pésimo estado, necesita avituallamiento, ropa y calzado.

La negligencia de una institución médica del país que se autodenomina potencia de la salud es la responsable de que se haya tronchado el bienestar de la familia, concluyó en su reporte De la Celda.

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