Si quiere invertir en Cuba, hágalo con mucho cuidado, aconsejó este martes el presidente de la Comisión de Relaciones Comerciales México-Cuba, Jorge Manzanilla Pérez, en medio del desespero de las autoridades comunistas por conseguir financiamiento y tecnología para sacar a flote su economía.
Manzanilla Pérez explicó, por ejemplo, que el poder en la isla responde a intereses generacionales y está siendo compartido entre los que promueven el cambio y los que se resisten.
“Falta mucho tiempo para que se den las condiciones reales, por el momento el gobierno cubano lo que busca es financiamiento, por eso la recomendación es ser cauteloso”, enfatizó el también experimentado empresario, en entrevista con el Diario La Verdad, de Yucatán.
Manzanilla Pérez advirtió que las condiciones han cambiado con la nueva Ley de Inversión Extranjera vigente en la isla, pero “no lo suficiente”.
Es preciso, dijo, distinguir la diferencia que existe entre lo que es inversión y comercio. Manzanilla aclaró que si bien esta nueva ley de inversión “es un tanto flexible” respecto a la anterior, los intereses del Gobierno siguen siendo atraer inversión a fin de aminorar los efectos que le impone la actual crisis de su aliado y benefactor Venezuela.
Cuba y México presumieron por décadas de una histórica relación histórica que se mantuvo incluso cuando países de la región se distanciaron tras la salida de la isla de la OEA en la década de 1960.
Sin embargo, las relaciones se enfriaron hace una década y fueron retomadas en los últimos años.
Legalidad y burocracia frenan mayores avances
Consultado acerca de la apertura entre La Habana y Washington, el empresario dijo que se ha dado en un contexto que incluye un grupo de medidas internas a favor del emprendimiento privado. No obstante, advirtió que son limitadas.
Por ejemplo, dijo, un cubano puede vender ahora su casa, pero un hijo residente en el extranjero no puede heredarla.
A la vez, explicó que mientras los cubanos pueden comprar casas en México, un mexicano o cualquier otro extranjero no puede tener inmuebles privados en Cuba.
Y por si fuera poco, este empresario aludió a las dificultades que se les presenta a los inversores extranjeros de tipo legal y burocrático.
“Cuba está en una dinámica de pedir hasta 360 días de crédito por cada compra que hace, lo cual es negociable porque habrá empresas que puedan negociar tres meses, seis meses, pero Cuba está buscando financiamiento de 360 días”, comentó.
“Es decir, que los productos que se vendan en el primer mes, te los pagarán hasta el mes treceavo, y esto nos llevaría a tener a Cuba con 12 meses de mercancía que no estarían pagando”, sentenció.