El empeño del régimen cubano de injuriar a la oposición se ha vuelto un mecanismo a favor de los representantes de la sociedad civil independiente. En su afán por desacreditar a los más sobresalientes actores de la disidencia, resulta que los visibiliza y legitima, convirtiéndolos en personalidades públicas a nivel nacional.
El monopolio informativo oficial, muy a su pesar, se convierte en plataforma de reconocimiento para aquellos a quienes pretende denigrar.
La televisión cubana arremetió nuevamente el miércoles contra figuras descollantes de la sociedad civil independiente, calificándolos de delincuentes y mercenarios.
Al respecto, la exprofesora universitaria Omara Ruiz Urquiola dijo a Radio Televisión Martí que la campaña, además de mostrar muy bajo nivel profesional desde el punto de vista divulgativo, es desacertada para lograr su propósito de desprestigiar a los aludidos, a quienes, al fin, reconoce y torna populares.
“Si no fuese tan baja, tan abyecta, sería risible. Usan los mismos elementos de siempre, pero tiene un efecto contraproducente respecto a los objetivos que persiguen porque despierta mucho el interés de la gente. Ahora nos miran más, nos paran en la calle. En la inmensa mayoría de los casos, las muestras son de admiración, de respeto,de solidaridad. El efecto realmente es contrario a sus intereses por el prestigio que, sin quererlo, nos dan en la ciudadanía”, recalcó.
Ruiz Urquiola, expulsada en 2019 de su labor docente en el Instituto Superior de Diseño por sus ideas contra el sistema cubano, fue una de las participantes de la protesta de San Isidro en La Habana Vieja, con la que un grupo de artistas, periodistas independientes y activistas exigían libertad de expresión y la excarcelación del rapero Denis Solís.
“La campaña está tan mal pensada, tan mal hecha. Trabajan muy mal las imágenes y la estructura. Es extremadamente clasista, racista, y eso es muy evidente. Es de una falta de ética que, lejos de conseguir su meta, lo que genera es una curiosidad tremenda entre las personas. Se ratifica mi tesis de que la balanza de la inteligencia, del profesionalismo está a favor nuestro. Al mismo tiempo, están demostrando la ‘desprofesionalización’ que hay dentro del oficialismo a todos los niveles, desde el llamado presidente y los ministros hasta los trabajadores de la información”, puntualizó Ruiz Urquiola.
Es extremadamente clasista, racista ...
El veterano opositor Guillermo Fariñas, quien obtuvo el Premio Andréi Sájarov de la Unión Europea en 2010, cree que la actual operación ultrajante del régimen contra sus oponentesse encamina a crear división entre las varias generaciones que hoy confluyen en la lucha por la democracia en la isla.
“El gobierno castrista, y sobre todo la Junta Militar, se percata de que puede ocurrir de un momento a otro un estallido social, por lo tanto, están tratando de dividir una oposición de la otra, para que una oposición se acompleje con respecto a la otra y no cooperen entre sí. El gran miedo de los gobernantes es que en la práctica vieron que, por ejemplo, durante la protesta de San Isidro, la oposición vieja apoyó, de manera unánime, a la oposición nueva. Esto los tiene altamente preocupados porque, independientemente de la diferencia que hay en el enfoque (...), se apoyan, porque definitivamente tienen el mismo ideal, que es lograr la democracia dentro de nuestra Patria”, subrayó Fariñas.
Las recientes oleadas de activistas de la sociedad civil también han manifestado su apoyo a los opositores más viejos. Así ocurrió durante el encarcelamiento e intento de deshonrar la imagen del líder de la Unión Patriótica de Cuba, José Daniel Ferrer.
Por su parte, la directora del diario digital 14ymedio, Yoani Sánchez, en un podcast, afirmó que se ha venido aumentando la diatriba que se hace contra la prensa independiente desde los medios estatales: el fusilamiento de la reputación.
“Si esto es una práctica, si es una estrategia para empujarme al exilio, pues déjenme decirles, señores vilipendiadores, señores creadores de estas campañas de difamación: no van a lograrlo. Nací en esta Isla, vivo en esta Isla y espero que un día muy lejano, por allá, por allá por 100 años, esparzan mis cenizas bajo alguna mata de guayaba, o una planta de yagruma, en esta Isla. Mientras tanto seguiré haciendo periodismo, porque para mí el periodismo no es un trabajo, es una pasión. Y el combustible de la pasión, créanme, puede ser casi, casi eterno”, concluyó la famosa bloguera.