La Conferencia de Obispos Católicos de Cuba decidió suspender todas las celebraciones litúrgicas públicas en los templos y comunidades de la isla, a fin de contribuir con las medidas preventivas para contener el avance del coronavirus.
En un documento divulgado en las redes sociales, fueron expuestas las razones por las que han tomado la determinación.
Los sacerdotes celebrarán en privado, en horarios conocidos por los fieles, la liturgia correspondiente a cada día. Las campanas serán tocadas para invitar a unirse espiritualmente desde las casas.
Los templos, precisa el documento, permanecerán abiertos y se mantendrán las condiciones sanitarias requeridas.
En el caso de las bibliotecas, las guarderías y la celebración de la catequesis este martes, cesarán hasta tanto se determine la reapertura.
El documento indica que, con el objetivo de que el pueblo creyente tenga la oportunidad de cierta participación en los misterios de Cristo, se solicitó a las autoridades del país que, ante la situación por el coronavirus, cada obispo pueda transmitir un mensaje radial en los cuatro días centrales de la Semana Santa: Domingo de Ramos. Jueves y Viernes Santos y Domingo de Resurrección, así como en los domingos sucesivos mientras estén suspendidas las celebraciones públicas.
El monseñor Emilio Aranguren, presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba, destacó en entrevista con Radio Televisión Martí que esa institución celebra la obra de los médicos y el personal sanitario de la isla, y señaló que está previsto "asistir, si así lo solicitan, a algún hospital y a las casas de los feligreses".
El documento agrega que el agradecimiento se extiende también a los sacerdotes, diáconos, religiosos, voluntarios de Cáritas, ministros extraordinarios de la Comunión, monjas de varias congregaciones y Hermanos de San Juan de Dios, así como a los empleados de los hogares de ancianos que, en esta hora compleja han continuado sirviendo y consolando caritativamente a muchos que sufren en su cuerpo o en su espíritu.