La primera sesión del juicio contra el músico Abel González Lescay y otros seis manifestantes del 11 de julio en Bejucal, Mayabeque, concluyó en la tarde de este miércoles en el Tribunal Provincial, ubicado en la ciudad cabecera San José de las Lajas.
“Hubo varios testigos que demostraron que yo los había ofendido el 11 de julio, son policías. Pero es algo que ya yo había aceptado públicamente y allí también lo acepté. Antes que ellos llegaran, yo dije que los había ofendido y, realmente, me siento arrepentido de haberlo hecho e incluso le pedí disculpas al jefe de la policía y le pedí que se las transmitiera a los otros agentes. Ellos estuvieron en el juicio y me identificaron”, dijo a Radio Televisión Martí, el artista poco tiempo después de salir del edificio judicial.
“Hubo otros testigos que hablaban de un muchacho de pelo largo y ojos saltones que andaba como loco, uno sugirió que parecía drogado, pero considero que no lo tomarán en cuenta porque es una suposición muy personal. Ninguno mencionó mi nombre”, declaró.
El joven de 23 años, estudiante de segundo año en la Universidad de las Artes en La Habana, estuvo 6 días detenido en el mes de julio y ahora se encuentra bajo la medida cautelar de reclusión domiciliaria, acusado de los delitos de “desacato agravado de carácter continuado”, "desacato de la figura básica de carácter continuado" y “desórdenes públicos”.
“En la causa hay personas que hicieron menos que eso: a un muchacho que lo único que hizo fue salir con una bandera, una banderita chiquita, le piden 6 años. La Fiscalía decía que él se había frotado por sus partes la enseña nacional, pero la testigo aseguró que no fue por sus genitales, sino por su cuerpo”, informó.
Junto a González Lescay están juzgando a Ángel Miguel Martín Caro, Jorge Luis Reynoso Barrios, Omar Valenciano Donatien, Raúl Xavier Díaz Pérez, Alain Yamil Sánchez Baluja y Livan Viel de la Peña.
“El juicio se hace en el tribunal provincial porque en la causa hay un delito que yo no lo tengo, el de sabotaje. Se lo están cargando a varios muchachos, muy niños, por cierto. Ponen una foto donde aparece uno como cogiendo una piedra y no saben si rompieron el cristal o no, pero esos muchachos se ven muy dañados. En el centro de detención les cayeron a piñazos, los torturaron psicológicamente y ellos confesaron que tiraron las piedras”, declaró.
“Claramente, a mí no me están pidiendo 7 años por haber ofendido a la policía, me piden siete años porque es un juicio político”, recalcó el joven.