Cinco cubanos, el pitcher relevista Aroldis Chapman y los jugadores de cuadro José “Candelita” Iglesias, Aledmys Díaz, Yulieski Gurriel y Yoan Moncada, figuran entre los casi 240 peloteros que tratarán de conseguir nuevos contratos en la agencia libre, aunque el panorama no luce igual para todos.
Aroldis Chapman
Chapman llega al mercado por tercer año consecutivo, pero, a diferencia de los dos anteriores, está vez está revalorizado, luego de recuperar con los Piratas de Pittsburgh su puesto habitual de cerrador.
El Misil Cubano, como le apodan, mantiene su bola rápida por encima de las 100 millas por hora, a pesar de que ya cumplió 36 años, y viene de trabajar 61.1 innings en 68 partidos con Pittsburgh.
Chapman no superaba los 60 episodios desde que era un mozalbete de 27 años en el 2015, cuando formaba parte de los Rojos de Cincinnati, señal de que su poderoso brazo se mantiene perfectamente saludable.
Luego de pasar casi toda la campaña como preparador del octavo inning para el cerrador David Bednar, fue el encargado de terminar los partidos desde el 31 de agosto, apuntándose diez rescates en 11 oportunidades.
El holguinero necesita un equipo que le garantice el trabajo de cerrador, que le permita aumentar su cifra de juegos salvados, para pavimentar su camino hacia una posible inclusión en el Salón de la Fama de Cooperstown.
Los propios Piratas podrían retenerlo, aunque los Cachorros de Chicago, a quienes ayudó a ganar la Serie Mundial del 2016, necesitan un cerrador.
Chapman ha dicho varias veces que no regresaría a los Yankees de Nueva York, de donde salió por la puerta trasera en 2022, ni firmaría con los Dodgers de Los Angeles, equipo que lo desechó en 2016, cuando se vio involucrado en un supuesto incidente doméstico.
José Iglesias
Otro que también conoce a fondo las veleidades del mercado, pues esta es la octava ocasión en que tiene que buscar trabajo como agente libre.
Pelotero utilísimo, versátil, con una defensa tan segura, como espectacular, y un bateo de contacto muy por encima del promedio, Candelita viene de la temporada más especial, en muchos sentidos, de su carrera de 12 campañas.
Su llegada a los Mets de Nueva York el 31 de mayo significó un revulsivo para un equipo que parecía condenado al fracaso y que al final, se quedó a dos triunfos de avanzar a la Serie Mundial.
Iglesias jugó segunda, campocorto y tercera, según las necesidades del equipo, mientras que con el madero aportó batazos clave, dentro de su elevadísimo average de .337 en 85 partidos.
Pero más allá de eso, le cambió el espíritu al clubhouse y su tema “Oh, My God”, que ocupó el primer lugar en las listas de éxitos latinos de Billboard, se convirtió en un himno de victoria para el equipo.
Sí, porque además de ser muy buen pelotero, “Candelita” incursiona con éxito en el mundo de la música urbana.
Los Mets deberían volver a contratarlo como su utility de infield a tiempo completo, para que su alegría contagiosa esté presente en el dugout desde que se dé la voz a playball el 28 de marzo del año próximo.
Simplemente, hay intangibles que las estadísticas no pueden medir. Retener a Iglesias no sería muy costoso para una franquicia que cuenta con tanto dinero, que es señalada como favorita para llevarse al mismísimo Juan Soto por más de 600 millones de dólares.
Aledmys Díaz, Yulieski Gurriel y Yoan Moncada
Si bien todo indica que a Chapman e Iglesias aún le queda camino por recorrer, la otra cara de la moneda son Yuli, Aledmys y Moncada.
Gurriel es un guerrero, que a sus 40 años insiste en mantenerse en el mejor béisbol del mundo, pero el tiempo es implacable y no perdona.
Recibió una oportunidad de oro en el último mes de la campaña con los Reales de Kansas City, y aunque mostró que su defensa sigue con nivel de Guante de Oro, su ofensiva está cada vez más lejos de aquella que mostró en sus años con los Astros de Houston.
La velocidad de su swing ha disminuido lógicamente con la edad, en un béisbol donde envíos de 100 mph son el pan nuestro de cada día.
Ello le resta fuerza considerablemente a sus conexiones, mientras que su tasa de ponches en el 2024 fue de 23.1%, muy alta para un hombre que un año antes había tenido 13.4%.
Su paso por Grandes Ligas parece haber llegado a su fin y sólo un golpe de suerte, como la lesión de algún primera base en la recta final de la campaña, como ocurrió con Vinnie Pasquantino con los Reales, permitiría el regreso a Grandes Ligas de uno de los peloteros más completos que ha nacido en Cuba.
En la misma cuerda anda Aledmys Díaz, seis años más joven que Gurriel, pero sin su mismo nivel de jugador, lo cual lo condenó casi siempre al papel de sustituto.
En el 2024 fue dejado en libertad por los Atléticos de Oakland y luego por los Astros, tras dejar una línea ofensiva en todo el año de .091-.118-.091.
Y Moncada tenía una opción de los Medias Blancas de Chicago por 25 millones que, claramente, el equipo decidió no ejercer.
Prefieren los Medias Blancas pagarle cinco millones de salida, que retener a un pelotero cuyo contrato resultó un rotundo fiasco, tanto por sus permanentes estancias en la lista de lesionados, como por su bajo rendimiento cuando estaba saludable.
El cienfueguero no parece haber despertado interés en otros equipos, cuando, en vez de enfocarse en su preparación para buscar un nuevo contrato de Grandes Ligas, decidió unirse a la selección cubana en el torneo Premier-12 en Asia.
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