Las inversiones de China se han multiplicado en los últimos años de manera astronómica por todo el Caribe, y Cuba no ha sido la excepción, según un artículo que publica la revista The Economist en su número de esta semana.
La publicación señala que firmas chinas están ayudando a tender los cables de fibra óptica que unen a Cuba con Jamaica y Venezuela, así como Guyana y Brasil, y también alude a especulaciones según las cuales grandes inversiones de Pekín en Bahamas serían una “movida estratégica” en espera de que desaparezca el régimen de los Castro en Cuba.
De hecho, apunta, los chinos le regalaron un estadio nacional a Bahamas, y tienen trabajando a cientos de operarios en Baha Mar, un nuevo centro turístico cuyo costo de $2.600 millones es financiado por el Banco de Exportación e Importación de China en la isla de Gran Bahama, a sólo 80 millas de la Florida.
También dice que Jamaica se beneficia de una ayuda de $400 millones chinos, y en Guyana, compañías de la nación asiática están involucradas en la minería de la bauxita y quieren construir una planta hidroeléctrica y un hotel para modernizar el aeropuerto de ese país.
La revista da cuenta demás de que en Trinidad-Tobago dará inicio el mes próximo la construcción de un hospital infantil financiado por China a un costo de $150 millones.
Según The Economist, se trata de que Pekín tiene una agenda política en el área, y pone como ejemplo que hace una década empezó a cortejar a los países que reconocían diplomáticamente a Taiwán.
“Dominica cambió a Pekín en 2004 a cambio de que le concedieron $122 millones (en esa época la tercera parte del Producto Interno Bruto de la isla). Granada ha hecho lo mismo, aunque la mayoría de las inversiones recientes han sido en países que ya reconocen a China”, indica el artículo.
La publicación señala que firmas chinas están ayudando a tender los cables de fibra óptica que unen a Cuba con Jamaica y Venezuela, así como Guyana y Brasil, y también alude a especulaciones según las cuales grandes inversiones de Pekín en Bahamas serían una “movida estratégica” en espera de que desaparezca el régimen de los Castro en Cuba.
De hecho, apunta, los chinos le regalaron un estadio nacional a Bahamas, y tienen trabajando a cientos de operarios en Baha Mar, un nuevo centro turístico cuyo costo de $2.600 millones es financiado por el Banco de Exportación e Importación de China en la isla de Gran Bahama, a sólo 80 millas de la Florida.
También dice que Jamaica se beneficia de una ayuda de $400 millones chinos, y en Guyana, compañías de la nación asiática están involucradas en la minería de la bauxita y quieren construir una planta hidroeléctrica y un hotel para modernizar el aeropuerto de ese país.
La revista da cuenta demás de que en Trinidad-Tobago dará inicio el mes próximo la construcción de un hospital infantil financiado por China a un costo de $150 millones.
Según The Economist, se trata de que Pekín tiene una agenda política en el área, y pone como ejemplo que hace una década empezó a cortejar a los países que reconocían diplomáticamente a Taiwán.
“Dominica cambió a Pekín en 2004 a cambio de que le concedieron $122 millones (en esa época la tercera parte del Producto Interno Bruto de la isla). Granada ha hecho lo mismo, aunque la mayoría de las inversiones recientes han sido en países que ya reconocen a China”, indica el artículo.