La Seguridad del Estado de San Luis en Santiago de Cuba confiscó varios ejemplares de la novela para niños “Los árboles que querían volar”, de Andrés Gómez Quevedo.
“No sé, honestamente, por qué llamó la atención de la Seguridad del Estado, supongo que se hayan sentido aludidos con los personajes. Solamente fue recogido en San Luis. La novela se desarrolla en un mundo de fantasía”, dijo a Radio Televisión Martí, el autor.
“Sí, es parodia de mi realidad, y no tanto de la mía, sino de realidades a las cuales he tenido acceso, que he visto. Cualquier lector ajeno la lee como una historia ficticia. Pero ellos [los agentes de la Seguridad del Estado] se deben haber sentido aludidos con las situaciones”, dijo.
Publicada en diciembre de 2020 por Chiado Editorial Kids, especializada en autores españoles y latinoamericanos contemporáneos, la obra recrea la historia de 5 árboles que cansados ya de su tiránico monarca, recurren a la ayuda de un niño y de un hada para lograr su propósito. En la búsqueda de un polvo especial conocen a personajes que luchan por sobreponerse a un entorno de miedo, persecución e impotencia donde los fantasmas son los delatores que apuntalan al rey.
“Compré a la editorial algunas copias y se las regalé a familiares y amigos en San Luis”, narró Gómez Quevedo y agregó que una vecina se acercó a la casa de sus padres, vio una y se mostró interesada en leerlo.
“Mi papá, en su inocencia, por el orgullo de que su hijo publicó un libro, se lo prestó y como a los dos o tres días fue llevado a la Seguridad; le dijeron que mi libro era subversivo, contrarrevolucionario, que yo fui pagado por la disidencia, que yo soy un asalariado más y que esa editorial es contrarrevolucionaria”, dijo el autor.
“Yo no soy asalariado de nadie”, rechazó el escritor, “no he militado ni en las fuerzas oficiales, ni en la contra. Yo, simplemente, soy un ciudadano más. Entonces, me molesta que me acusen de algo que realmente no soy. Mi libro lo escribí de mi imaginación y de mi esfuerzo, nadie me contrató para escribirlo”.
El autor denunció que su padre fue tratado "como si fuera un criminal" por la policía política que le cuestionó que su hijo no hubiera gestionado la impresión en Cuba.
“Yo me pasé más de dos años esperando una respuesta editorial en Cuba. De la Editorial Oriente, alguien me comentó que sí que les gustó, pero nunca me respondieron”, dijo Gómez Quevedo.
Las fuerzas represivas obligaron al padre a confeccionar una lista de las personas que tenían copias para recogerlas porque, consideran que es una “lectura indigna”.
“A mí me resulta todo tan absurdo porque es un libro infantil, más allá de las lecturas que hayan querido hacerle. Quienes vieron la contrarrevolución en el libro fueron ellos. Quienes ven que el Rey es Fidel, supongamos, porque así lo han dicho, son ellos; quienes ven que los fantasmas del relato, los malos, son los de la Seguridad, son ellos. Es muy cómico”, dijo. “Ellos saben lo que son”.
“Los árboles que querían volar”, el primer libro salido a la luz del escritor e ilustrado por él mismo, se puede comprar en el sitio web Publishway.es, en Amazon y el Corte Inglés.
“Decidí no quedarme callado y como creo que ha sido ilegal recoger mi libro, he denunciado todas las calumnias que están diciendo en mi contra. Me expreso contra lo que califico de arbitrario”, concluyó el novel escritor.