La compañía Lizt Alfonso tiene su sede en un edificio construido en 1927 en la Plazuela de Belén, en la calle Compostela entre Luz y Acosta, que colinda con otro antiguo edificio habitado por personas que viven en constante peligro de derrumbe.
El inmueble de la Habana Vieja que acoge a una de las compañías danzarias más prestigiosas del país fue restaurado por la Dirección de Proyectos de la Oficina del Historiador de la Ciudad y cuenta con cinco plantas con salones de reuniones, estudio de música, cabina de sonido, salones de bailes y espectáculos.
Sus vecinos de Compostela 653 corren otra suerte: Su edifico está a punto de desplomarse. Las autoridades han hecho oídos sordos a sus quejas y están convencidos de que el taconeo de la compañía, que pone énfasis en el baile flamenco, ha acelerado el deterioro del inmueble.
"Es una falta de respeto que Lizt Alfonso todavía siga bailando y este edificio (esté) en derrumbe", dijo airada una de las vecinas.
Una portavoz de la compañía, contactada por Martí Noticias, negó que sus actividades estén provocando el deterioro del edificio colindante e invitó a verlo con sus propios ojos a quien desee visitar sus instalaciones.
"No tenemos nada que ver. Ellos están en su derecho y la culpa nunca cae en el suelo. Pero no tiene nada que ver la sede de nosotros con las afectaciones que ellos han tenido", dijo la empleada.