Un funcionario del Gobierno de Santiago de Cuba advirtió a Martí Noticias que la implementación de un posible tope de precios anunciado recientemente por el gobernador Manuel Falcón podría desencadenar una huelga entre los transportistas particulares.
“Está en espera el análisis para que al final no vayan a hacer huelga. Cuando tú le pones un precio límite, entonces se recogen. Lo que está buscando es que sea un precio justo, asequible al pueblo”, dijo.
Según Ernesto, del departamento de Finanzas del Poder Popular de Santiago de Cuba, los transportistas se sienten afectados ya que, según ellos, solo reciben el combustible y deben cubrir todos los demás gastos relacionados con sus vehículos.
La pasada semana, el diario estatal Sierra Maestra informó que el gobernador de Santiago de Cuba, durante una sesión del Consejo provincial, dijo que para corregir las distorsiones y reimpulsar la economía era imprescindible la contención de precios.
De acuerdo al reporte, se acordó presentar a la población los precios topados de una veintena de productos agropecuarios de alta demanda, las tarifas del transporte intra e intermunicipal, así como del pollo, el picadillo, la salchicha y el jabón, que se expende por las formas de gestión no estatal. El pronunciamiento ocurre tras la exhortación del primer ministro cubano, Manuel Marrero Cruz, a aplicar medidas ejemplarizantes para bajar los precios en la isla.
Sin embargo, las reacciones entre los residentes y emprendedores de Santiago de Cuba son mixtas. Elieser, propietario de una Mipyme en la provincia, teme que los precios topados dificulten la adquisición de productos importados, lo que podría llevar a una crisis social y alimentaria aún mayor.
“Tú pones los precios topados y qué vamos a hacer? No comprar productos porque todos esos productos son importados y se compran en dólares".
Por otro lado, Emelia, una jubilada residente en esa misma provincia, considera que la medida de topes de precios es necesaria, dada la baja capacidad adquisitiva de la población y los salarios insuficientes.
Adrián, un transportista santiaguero, señala la difícil situación del sector debido al alto costo del combustible y la inflación, lo que impacta directamente en los precios de los servicios.
"¿Qué pasó con esto? Que el problema del combustible está crítico aquí y entonces la gente lo busca en la calle, a 300 pesos (un litro de petróleo) y un carro que va de Santiago a La Malla gasta 30 litros. Tú no puedes cobrar lo que ellos quieren que cobres, 50 pesos. Una goma ahora mismo en una Mipyme está en 110 mil y 120 mil pesos porque el dólar está a 400. Al final el que sufre es el pueblo", comentó.
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