El preso político cubano Humberto Eladio Real Suárez fue liberado este jueves de la cárcel de Agüica, en la provincia Matanzas, tras permanecer en prisión durante 28 años y 5 meses.
Al llegar a la vivienda de su madre en Matanzas, el hombre de 55 años, encarcelado desde los 26 años y que estuvo a punto de ser condenado a pena de muerte, conversó brevemente con Radio Televisión Martí.
"Bueno, primeramente, quiero agradecerle a todos mis hermanos y compatriotas que viven en el exilio, en ese país tan grande que es la patria de los hombres libres y la tierra de los valientes. Pues aquí me tienen, sigo siendo un soldado", expresó.
Su liberación se efectúa cuando restaba poco más de un año para que cumpliera la totalidad de su sentencia de 30 años, el tiempo descontado fue otorgado por buena conducta, según explicó con anterioridad a Radio Martí su madre Graciela Suárez Díaz.
Real Suárez vivía en los Estados Unidos hasta que el 15 de octubre de 1994, desembarcó por las costas de Caibarién, Villa Clara, como parte de un comando que tenía como propósito crear un frente guerrillero en las montañas de El Escambray.
"Me dijeron que tenía que estar mañana en Inmigración y Extranjería para yo poder viajar a los Estados Unidos, que es mi segunda patria, donde estuvo Martí, Gómez y Maceo, donde se fundaron las más nobles y brillantes ideas para una Cuba libre", afirmó acerca de los primeros trámites que tendría que seguir estando en libertad.
Durante el desembarco tuvo lugar un intercambio de disparos entre el grupo de hombres y fuerzas del régimen donde -según las autoridades cubanas- muere un uniformado nombrado Arcelio Rodríguez García, por disparos hechos por Real Suárez, a quien también acusaron de robar su automóvil.
Preguntado acerca de si siente algún arrepentimiento por esas acciones, respondió: "Yo creo que ningún cubano se arrepiente de luchar por su patria (...) No se puede uno arrepentirse de algo que no ha hecho, de la forma con que te acusan tus adversarios".
Por estos hechos fue condenado a pena de muerte por los delitos de otros actos contra la Seguridad del Estado, asesinato y disparo de armas de fuego contra determinada persona.
El Tribunal Supremo de Cuba decidió en 2010 sustituir la sanción originalmente impuesta por la de 30 años de privación de libertad, argumentando que en el momento de la comisión de sus actos no estaba prevista la sanción de privación perpetua de libertad. Con él, fueron condenadas otras seis personas, entre ellos Armando Sosa Fortuny, fallecido en 2019 mientras cumplía su sentencia, y Miguel Díaz Bauza, ambos sancionados a 30 años, por infiltración, entrada ilegal a la isla y actos contra la Seguridad del Estado. Las autoridades cubanas se refieren a ellos como un "team de infiltración terrorista del denominado Partido Unidad Nacional Democrática con base en la Florida".
A lo largo de estos años asegura que ha contado con el respaldo de su madre y sus familiares.
"Aquí tengo a mi madre, a mi lado. Siempre ha sido incondicional e inseparable de mí", dijo emocionado a Radio Televisión Martí.
Sobre su tiempo en prisión se limitó a decir: "Bueno, ya sabe que hubo muchas denuncias que hice, todo lo que hemos pasado, pero te digo como dijo Martí, cuando otros han llorado sangre, qué derecho tengo yo para derramar lágrimas, eh? Quizás, aquellos que quisieron convertirme en un monstruo o un loco cuando saliera de prisión, les digo ahora, abiertamente, ante todo el mundo, que se equivocaron. Yo sigo siendo un cubano 100 por ciento cubano y soldado que lucha por la libertad y la democracia de Cuba".
"En los 28 años cinco meses y 15 días que estuve en prisión jamás he ido a un hospital, jamás he tenido ningún padecimiento y por eso le doy gracias a Dios, creo que si Dios no hubiera estado a mi lado, como lo ha estado al lado de nuestra causa, yo no hubiera podido sobrevivir, y a mi madre que es una heroína, que está siempre a mi lado, y a ustedes, con ese apoyo moral que siempre han estado a mi lado", concluyó.
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