Ángel Carromero, condenado en Cuba a prisión por la muerte en accidente de dos disidentes de esa nacionalidad, afirma, en una entrevista que publica hoy el diario español El Mundo, que "los servicios secretos cubanos asesinaron a Oswaldo Payá".
Asimismo, expresa su convencimiento de que Payá y el otro dirigente de la disidencia que le acompañaba, Harold Cepero, salieron vivos del accidente. "Las enfermeras y un párroco", afirma, "me aseguran que en el hospital hemos ingresado los cuatro".
Carromero relata que el 22 de julio de 2012, día del accidente, se dirigía con Payá y Cepero, en unión del ciudadano sueco Jens Aron Moding, a Santiago, cuando advirtió que era seguido por un vehículo azul.
"Nos dirigíamos a Santiago y ya nos habían seguido tres veces durante el trayecto. En Bayamo, un vehículo azul comienza a perseguirnos. Viene hostigándonos muy cerca. Tanto que pude ver los ojos del conductor por el retrovisor. Al ver el coche, Oswaldo me dice: 'Son de la comunista por el color de la placa. Ángel, sigue como si nada'".
En su relato, Carromero detalla que seguidamente, el coche les embistió por detrás y los sacó de la calzada y que entonces perdió el conocimiento. "Lo siguiente que recuerdo", prosigue, "es cómo unos hombres me meten en una furgoneta con puertas correderas, como las que usa la seguridad del Estado cubano y les grito 'Joder, quiénes sois y qué co..... nos habéis hecho'. Luego vuelvo a perder el conocimiento. Creo que me dieron con una culata porque tengo una brecha en la cabeza".
Para el vicesecretario de Nuevas Generaciones del PP, "decir que fue un accidente e inculparme fue una coartada perfecta para ocultar la muerte del único opositor que podía liderar la transición en Cuba".
Carromero considera también que no tuvo un juicio justo. "La Fiscalía cubana", afirma, "fue fabricando las pruebas conforme avanzaba el proceso y la defensa no tuvo acceso ni al coche ni a ningún testigo. Fue una pantomima, los testigos llevaban las declaraciones escritas en la palma de la mano".
El 15 de octubre de 2012 fue condenado a 4 años de prisión y el 14 de diciembre del mismo año el Gobierno español anunció que había alcanzado un acuerdo con el cubano para que Carromero regresara y cumpliera la condena en España, en aplicación del convenio bilateral al efecto de 1998. En la entrevista valora la gestión del Gobierno: "Consiguieron traerme de vuelta y por eso les estoy agradecido", dice.
Asimismo, expresa su convencimiento de que Payá y el otro dirigente de la disidencia que le acompañaba, Harold Cepero, salieron vivos del accidente. "Las enfermeras y un párroco", afirma, "me aseguran que en el hospital hemos ingresado los cuatro".
Carromero relata que el 22 de julio de 2012, día del accidente, se dirigía con Payá y Cepero, en unión del ciudadano sueco Jens Aron Moding, a Santiago, cuando advirtió que era seguido por un vehículo azul.
"Nos dirigíamos a Santiago y ya nos habían seguido tres veces durante el trayecto. En Bayamo, un vehículo azul comienza a perseguirnos. Viene hostigándonos muy cerca. Tanto que pude ver los ojos del conductor por el retrovisor. Al ver el coche, Oswaldo me dice: 'Son de la comunista por el color de la placa. Ángel, sigue como si nada'".
En su relato, Carromero detalla que seguidamente, el coche les embistió por detrás y los sacó de la calzada y que entonces perdió el conocimiento. "Lo siguiente que recuerdo", prosigue, "es cómo unos hombres me meten en una furgoneta con puertas correderas, como las que usa la seguridad del Estado cubano y les grito 'Joder, quiénes sois y qué co..... nos habéis hecho'. Luego vuelvo a perder el conocimiento. Creo que me dieron con una culata porque tengo una brecha en la cabeza".
Para el vicesecretario de Nuevas Generaciones del PP, "decir que fue un accidente e inculparme fue una coartada perfecta para ocultar la muerte del único opositor que podía liderar la transición en Cuba".
Carromero considera también que no tuvo un juicio justo. "La Fiscalía cubana", afirma, "fue fabricando las pruebas conforme avanzaba el proceso y la defensa no tuvo acceso ni al coche ni a ningún testigo. Fue una pantomima, los testigos llevaban las declaraciones escritas en la palma de la mano".
El 15 de octubre de 2012 fue condenado a 4 años de prisión y el 14 de diciembre del mismo año el Gobierno español anunció que había alcanzado un acuerdo con el cubano para que Carromero regresara y cumpliera la condena en España, en aplicación del convenio bilateral al efecto de 1998. En la entrevista valora la gestión del Gobierno: "Consiguieron traerme de vuelta y por eso les estoy agradecido", dice.