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Amor es amor: Cómo llegó a ser un derecho en Estados Unidos el matrimonio entre personas del mismo sexo


Celebración frente al Tribunal Supremo de Estados Unidos en Washington después de que el Tribunal declarase legal el matrimonio entre personas del mismo sexo. Foto: AP / Jacquelyn Martin / Archivo.
Celebración frente al Tribunal Supremo de Estados Unidos en Washington después de que el Tribunal declarase legal el matrimonio entre personas del mismo sexo. Foto: AP / Jacquelyn Martin / Archivo.

La decisión de 2015 del Tribunal Supremo de Estados Unidos que garantiza el derecho a nivel nacional al matrimonio entre personas del mismo sexo, marca un importante hito en el camino hacia la igualdad de derechos para las personas lesbianas, gais, bisexuales, transexuales, cuir e intersexuales (LGBTQI+). El fallo se dio tras muchos años de activismo por parte de individuos, organizaciones y legisladores cuyo trabajo cambió sentimientos, mentalidades y, con el tiempo, la legislación.

Las encuestas de opinión pública denotan una creciente aceptación de los derechos LGBTQI+ (en inglés) entre los estadounidenses, en particular del matrimonio entre personas del mismo sexo.

“Todos tienen derecho a la dignidad y la igualdad, sin importar quienes sean, a quienes amen o cómo se identifiquen”, dijo el presidente Biden.

El cambio llegó, pero no de la noche a la mañana

En 2004, Massachusetts se convirtió en el primer estado en legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo. Otros 37 estados y la capital de la nación, la ciudad de Washington, lo legalizaron también. La decisión del Tribunal Supremo garantizó que los matrimonios realizados en cualquier estado del país sean considerados matrimonios legales. Las parejas gais reciben los mismos beneficios federales que las parejas heterosexuales y tienen derecho a protección bajo la ley.

Ann Sorrell, a la izquierda, y Marge Eide, una pareja desde hace 43 años, se abrazan después de intercambiar votos matrimoniales en Ann Arbor (Michigan) en junio de 2015 tras el fallo del Tribunal Supremo de EE. UU. que anuló la prohibición del matrimonio entre personas del mismo sexo en todo el país. (© Paul Sancya/AP Images).
Ann Sorrell, a la izquierda, y Marge Eide, una pareja desde hace 43 años, se abrazan después de intercambiar votos matrimoniales en Ann Arbor (Michigan) en junio de 2015 tras el fallo del Tribunal Supremo de EE. UU. que anuló la prohibición del matrimonio entre personas del mismo sexo en todo el país. (© Paul Sancya/AP Images).

Sin embargo hace un siglo una amplia aceptación de los derechos LGBTQI+ era impensable. La primera organización de derechos gay en Estados Unidos, la Sociedad para los Derechos Humanos (Society for Human Rights), no se formó sino hasta 1924 y un año después fue clausurada debido a las presiones políticas. Las leyes que prohibían la actividad homosexual fueron rechazadas gradualmente, comenzando con el estado de Illinois en 1962. La Asociación Americana de Psiquiatría consideró a la homosexualidad como una enfermedad mental hasta 1973.

El primer cambio importante ocurrió en junio de 1969 con la incursión policial contra un bar gay de Nueva York, llamado Stonewall Inn, causando manifestaciones. Cientos de manifestantes se reunieron, inspirando a grupos de activistas. Cada mes de junio las manifestaciones de Stonewall se conmemoran con desfiles del orgullo gay en ciudades que van desde Nueva York hasta Viena y Shanghái.

Actualmente cientos de organizaciones estadounidenses de activistas luchan por leyes y políticas que apoyen a la comunidad LGBTQI+. Hay activistas que ayudan a jóvenes sin hogar, de los cuales un 40 por ciento se identifica como LGBTQI+, y hay activistas que apoyan a las familias LGBTQI+ para que reciban los mismos derechos de inmigración que otras familias y para que los refugiados LGBTQI+ que huyen de la persecución encuentren asilo en Estados Unidos.

Apoyo externo a la comunidad LGBTQI+

El movimiento goza de un creciente apoyo de miembros familiares y “aliados” heterosexuales que defienden los derechos de sus amigos y seres queridos LGBTQI+. La organización familiar PFLAG, la organización de familiares y aliados más grande de la nación, ha defendido la causa desde hace casi cinco décadas.

“Ser aliado puede ser algo tan simple como decir ‘el chiste que me acabas de contar sobre un gay no es cómico’”, dijo el rabino David M. Horowitz, expresidente del consejo nacional de PFLAG. Dentro de su tarea de apoyo, los miembros de la organización se comunican con representantes del gobierno para impulsar cambios tales como leyes que eviten los crímenes motivados por el odio.

Emociones fuertes en Indianápolis tras la decisión de 2015 del Tribunal Supremo. (© Michael Conroy/AP Images).
Emociones fuertes en Indianápolis tras la decisión de 2015 del Tribunal Supremo. (© Michael Conroy/AP Images).

“Cuando hablamos con miembros del Congreso, logramos que cambien de parecer”, dijo Horowitz, cuya hija se identificó como lesbiana la noche antes de su graduación universitaria. El venir de un lugar con amor y familia ayuda a los miembros de PFLAG a influir en los líderes. “Es muy difícil estar enojado con una persona que ama a un hijo o hija de uno”, dice Horowitz.

La organización Campaña de Derechos Humanos (Human Rights Campaign, en inglés) tiene un largo antecedente. A partir de 1980 más de un millón y medio de miembros y partidarios han encabezado campañas para eliminar la prohibición del matrimonio entre personas del mismo sexo y la inmigración de personas seropositivas con VIH. En 2013 la campaña acogió a sus dos primeros miembros internacionales y jóvenes activistas provenientes de fuera de Estados Unidos y que sirven como “ojos y oídos” en las comunidades de las que provienen.

Valores familiares

En un profético ensayo publicado en la revista New Republic en 1989, el escritor y bloguero conservador Andrew Sullivan pidió la igualdad en el matrimonio para las personas LGBTQI+. Sullivan argumentó que legalizar el matrimonio gay “favorecería la cohesión social, la seguridad emocional y la prudencia económica. Para decirlo brevemente, no es el rechazo a los valores familiares. Es una ampliación de esos derechos”.

“Me complace mucho ver los avances que hemos logrado”, dijo Seth Adam, exvicepresidente de Comunicaciones de GLAAD, una organización que vigila las representaciones LGBTQI+ en los medios informativos. “Este ha sido el resultado de más de 50 años del trabajo de los activistas”.

“La igualdad matrimonial es un hito, no es la línea de llegada”, agregó.

Una versión previa de este artículo fue publicada el 23 de junio de 2016

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