Amnistía Internacional acusó el lunes a Rusia de crímenes de guerra en Ucrania y dijo que los ataques en Kharkiv, muchos de ellos con bombas de racimo prohibidas, habían matado a cientos de civiles.
La organización dijo que había descubierto pruebas en Kharkiv del uso repetido por parte de las fuerzas rusas de bombas de racimo 9N210 y 9N235 y minas terrestres dispersables, todas las cuales están prohibidas por las convenciones internacionales.
Las bombas de racimo lanzan docenas de bombas pequeñas o granadas en el aire, dispersándolas indiscriminadamente sobre cientos de metros cuadrados. Durante y después de los conflictos armados, esas bombas son de gran peligro para la población civil.
Las minas terrestres dispersables combinan "los peores atributos posibles de las municiones en racimo y las minas terrestres antipersonal", asegura Amnistía Internacional .
Por su parte la administración militar de Kharkiv dijo que 606 civiles habían muerto y 1.248 habían resultado heridos en la región desde que comenzó la invasión rusa a Ucrania.