La activista de derechos humanos Diasniurka Salcedo, residente en las afueras de Alquízar, provincia de Artemisa, fue liberada luego de un arresto violento el jueves, la aplicación de una prueba de coronavirus y una sesión de interrogatorios y amenazas policiales.
La opositora explicó a Radio Televisión Martí que fue liberada casi a la una de la madrugada de este viernes, luego de mantenerla durante horas en las estaciones de policía de Artemisa y luego en la Guanajay.
Relató que estaba en su casa haciendo una directa por Facebook cuando perdió la conexión a Internet y salió al camino para buscar mejor cobertura, y “ahí mismo estaban los oficiales de la Seguridad del Estado que me arrestaron”.
Salcedo dijo que se negó al arresto y "me trataron con fuerza, me pusieron las esposas muy apretadas y luego me condujeron para Alquízar", donde la introdujeron en una ambulancia y, sin su consentimiento, le realizaron una prueba para, "según ellos, detectar si tenía coronavirus”.
La activista padece de diabetes e hipertensión, y su salud se resintió de inmediato. Comenzó a sangrar por la nariz y, “estando en la estación de Policía de Artemisa, perdí el conocimiento”, relató.
Más tarde la trasladaron para la estación de Cuatro Caminos, en Guanajay, donde la sometieron a interrogatorios y le formularon amenazas de llevarla a prisión. Su teléfono celular fue confiscado.
Según la opositora le aseguraron que “si la prueba de coronavirus salía positiva me acusarían de propagación de epidemias”, agregó.
La activista, de 39 años de edad, trabaja en un proyecto conjunto con exiliados llamado “Las Mambisas”, que se encarga de ayudar a los sectores vulnerables de la población.
El proyecto consiste en entregar medicamentos y alimentos a los más necesitados, que el gobierno mantiene en el olvido, y “los oficiales de la Seguridad del Estado quieren impedir que yo lleve adelante esa labor”, apuntó.
Su casa permanece vigilada por la Seguridad del Estado.
Recientemente, un joven que la ayudaba a entregar alimentos fue detenido al salir de la vivienda, y le confiscaron un paquete que llevaba, además de recibir amenazas para que rompa su vínculo con la opositora.
También ha sido fue víctima de agresiones, maltratos, detenciones y fuertes amenazas para que abandone su labor, sin embargo, se mantiene firme, y “más ahora que la situación económica y social del país ha empeorado y necesitamos todo tipo de ayuda”, concluyó.
El arresto de la activista fue denunciado en las redes sociales, donde una forista pidió "no más violencia contra la mujer, no más represión".
Mientras, otro forista, nombrado Jorge Hernández, escribió: "No le fue devuelto el móvil, está en manos de la seguridad, dicen ellos que ella tiene vínculos terroristas y que la acusan de propagar epidemia por repartir medicinas, le hicieron una prueba y si da positivo la encarcelan, pero olvidan que ella no está sola".
En una directa que publicó en su perfil de Facebook, la opositora ofreció más detalles del arresto y llamó a la ciudadanía a reaccionar para que lo ocurrido contra ella no siga pasando en Cuba contra los que disienten del gobierno.