El Centro Cubano de Derechos Humanos (CCDH) documentó hasta la fecha 509 cubanos que están cumpliendo sentencias en prisiones del país por su participación en las protestas del 11 de julio de 2021.
La entidad, asentada en La Habana, denunció las condiciones de vida de la población carcelaria en Cuba: hacinamiento, falta de atención médica y la necesidad de apelar a los familiares para garantizarse la alimentación básica forman parte de una tendencia que se ha profundizado en los últimos 50 años.
“Siguen pululando entre los internos las enfermedades y la falta de atención médica; así como los insectos en las celdas, tales como garrapatas, chinches, roedores y otros. No hay que decir de la alimentación, porque solo con ver lo que sucede con la población se puede tener una idea de lo que afecta a los reclusos en las prisiones”, asegura la nota de prensa del CCDH.
De acuerdo con las cifras presentadas por el Gobierno de Cuba a la Organización de Naciones Unidas (ONU), como parte de su respuesta al Tercer Informe Periódico, la Isla sería el país con mayor población penal per cápita del mundo, afirmó, recientemente, el grupo Justicia 11J.
La organización compiló además al menos 58 manifestantes que salieron en libertad con multas de hasta 15.000 pesos. Por este concepto, el régimen recaudó cerca de 102.000 pesos.
El Centro Cubano de Derechos Humanos se refiere además a los detenidos en las manifestaciones ocurridas entre julio y octubre de 2022:
“Muy difíciles de verificar, ya que se llevaron a cabo en varios municipios, en particular en la capital del país”.
Pero, “se conoce, de boca de la propia dictadura, que los manifestantes fueron golpeados, por lo que ellos llaman Brigadas de Respuesta Rápida y que están más que comprobado, son jóvenes militares, a los que se les provee de palos para que maltraten a los manifestantes”, indica la institución independiente.
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