Alen Lauzán es, hoy por hoy, uno de los mejores caricaturistas del mundo hispano y, con el mismo poder de síntesis, con la misma agudeza con las que traza las líneas y escoge los motivos de sus obras, sí, sus obras, porque cada una de ellas es una obra maestra de técnica e ingenio, este joven artista nacido en Cuba responde a las preguntas de Dile que pienso en Ella...
¿Cuál fue el detonante que te impulsó a marcharte de Cuba?
El mejor de todos, ser joven. No concebía la idea de tener que obrar toda la vida para un monopolio ideológico, social y económico. Tampoco aceptaba que el mundo era peor de lo que intentaban convencerme.
¿Qué esperabas encontrar del “otro lado”?
Trabajar. Intentar vivir, dentro de lo posible, de lo que me gusta hacer. Y por supuesto, libertad de creación.
¿Qué encontraste?
Que también existen ñames con corbata que les gusta censurar, pero encontré además muchas formas de burlar la censura y lugares donde publicar sin ñames.
¿Qué has aprendido durante el proceso?
Que lo mejor que hice fue irme, el dejarme llevar por el instinto más básico que tengo: crear.
¿Qué es para ti La libertad?
La libertad plena de creación. Cuando se alcanza esa libertad, sin auto censura ni prejuicios, se llega a un estado de placer total. Sobre todo cuando sabes que dicha libertad le molesta a los censores.
¿Las experiencias vividas han cambiado en ti el concepto Patria? ¿Piensas a menudo en “Ella”?
Nunca tuve un concepto patriótico claro, tampoco me entusiasmaban los motivos patrios. No aceptaba, por ejemplo, que la flor nacional fuera la Mariposa, ni la explicación del por qué lo era. Creo que lo es más el guisaso, por indeseable. No me gustan los nacionalismos ni sus símbolos. Y no en una, pienso en muchas Patrias, en todas las que no han estado mis pies e intenta olvidar mi mente.