"Vivir sin libertad no vale la pena", era una de las frases preferidas de Armando Ribas, nacido en Cuba en 1932 y fallecido este viernes en Argentina a los 87 años.
Abogado, profesor de filosofía política, economista, consultor de empresas, profundo conocedor de la historia universal, ensayista, columnista, poeta, le gustaba cantar boleros, tangos e incluso arias de óperas, y siempre tenía a mano una máxima para explicar con claridad fenómenos sociopolíticos, culturales o económicos contemporáneos.
Sus críticas al socialismo, además de desarrollarlas en libros y artículos periodísticos, logró sintetizarlas en pensamientos que se han hecho famosos entre los seguidores de la doctrina liberal.
"El Socialismo es la denominación que le dio el Iluminismo a la demagogia"; "El socialismo se forja en la envidia, se administra desde la hipocresía, genera la pereza y destruye la riqueza", y "Educar con marxismo es como amamantar con alcohol", son algunos de ellos.
También : "La igualdad económica requiere una gran desigualdad política, es decir falta de libertad y de derechos". Y en contraposición opinaba: "La derecha no es contagiosa, porque la responsabilidad no es un virus".
Graduado de abogado en la Universidad de Santo Tomás de Villanueva, en La Habana, Ribas realizó una maestría en Derecho Comparado en la Southern Methodist University (Dallas, Texas) y obtuvo su doctorado en Derecho por Columbia University.
Al ver que la dictadura de Fidel Castro se hizo del poder en Cuba, se instaló en 1960 en Argentina. Allí impartió clases, asesoró al ministro de Economía y a la Secretaría de Agricultura, y entre 1983 y 1990 fue diputado nacional por el partido Unión del Centro Democrático (UCEDE), siendo el único cubano en formar parte del parlamento argentino hasta la fecha.
Durante la segunda mitad del siglo XX Ribas se desempeñó como economista del Fondo Monetario Internacional (FMI) y economista-jefe de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL). Fue becario de la Fundación Friedrich A. von Hayek y profesor de la Universidad Francisco Marroquín (Guatemala) y la Escuela Superior de Economía y Administración de Empresas (Argentina).
"Apasionado, a veces cascarrabias, amante de la libertad y de la vida. El comunismo le robó su país. Escapó y llegó a la Argentina, un país que amó, admiró y en el que llegaría a ser diputado nacional. Su vida no fue en vano. Luchó por sus ideas", tuiteó a propósito de su deceso el abogado, escritor, profesor y actual embajador de Argentina en Israel, Mariano A. Caucino.
Sin perder jamás su amor por Cuba, Ribas se enamoró de Argentina. En su poema A la Argentina, lamenta que el país suramericano dejara de ser una de las primeras economías a nivel mundial (datos del Proyecto Maddison afirman que Argentina ocupó el primer puesto en el ranking de PBI per cápita entre 1895 y 1896):
¿Qué pasó que aquella tierra, de libertades enhiestas,
se abandonara al azar, de brumosas enseñanzas
que aquella Europa aciaga, sus deletéreos ensayos,
casi un siglo padeciera?
¡Levántate y anda Argentina!
¡Súbete presto a las alas, de aquel Cóndor seductor!
¡Y junto al águila hermana, que en el norte se desplaza,
hagamos una vez más, de América lugar de ensueño,
de paz y de Libertad!
Sobre la historia de Argentina que -al decir de su colega Carlos Alberto Montaner- llegó a conocer mejor que muchos argentinos, escribió Ribas: "Me he permitido decir que la Argentina es el único país creado bajo un proceso político filosófico anglosajón o angloamericano, e implementado por descendientes de españoles. A mi juicio cuatro hombres, en muchos casos enemistados entre sí, produjeron lo que se podría considerar el milagro de la segunda mitad del siglo XIX. Estos cuatro personajes fueron Juan Bautista Alberdi, Justo José de Urquiza, Bartolomé Mitre y Domingo Faustino Sarmiento" (Argentina, un milagro de la historia, 2000).
"Siempre tenía un artículo escrito explicando la situación del mundo y del país que adoptó y amó sin reservas, Argentina. Nunca dejó de soñar con que volviera a destacarse como el milagro de libertad que fue después de la organización nacional y la Constitución de 1853. Entendía a Alberdi en toda su dimensión como pocos", asevera el abogado, ensayista y periodista argentino José Benegas.
"Explicaba con conocimiento profundo las raíces filosóficas de la línea liberal que va de la Revolución Gloriosa a la independencia de los Estados Unidos, con su máxima expresión en el prolífico pensamiento de sus padres fundadores. Insistía una y otra vez con diferenciar esa tradición del horror colectivista de la Revolución Francesa. Pero también podía analizar los acontecimientos económicos con solvencia conceptual y rigor técnico reconocido. Era un seguidor consistente de David Hume. Por eso para él no había un Occidente, había por lo menos dos. A ese asunto le dedicó su último libro, La falacia de la civilización occidental y uno anterior llamado ¿Quién es Occidente?", escribió en Infobae el autor de 10 Ideas falsas que favorecen al despotismo. Las dictaduras del siglo XXI en las mentes de sus víctimas.
Fue un defensor del sistema capitalista. En su libro Rule of Law: The Path to Freedom afirma: “Existe en la historia un solo sistema que permite la libertad y la creación de riqueza, y ese es el sistema liberal, el rule of law“.
Su colección de ensayos La falacia de la civilización occidental es una crítica a las ideas marxistas y una rotunda síntesis del pensamiento liberal de Ribas, donde defiende que la economía "no es una ciencia independiente sino meramente consecuencial y dependiente de la ética, de la política y del sistema jurídico derivado de las mismas".
“En la Revolución Francesa, cada vez que aumentaba el precio del pan cortaban la cabeza de los panaderos. Y mientras más cabezas cortaban, más subía el precio del pan”. Así contaba Armando Ribas cómo las medidas proteccionistas generan el efecto opuesto a lo que buscan", escribió Ángeles López en la plataforma Visión Liberal.
Según Julio Shiling, la frase de Ribas "el socialismo es una enfermedad mental, pues ignora la realidad de la naturaleza humana” está "desposeída de toda emoción ligera". Con esta afirmación buscaba "provocar para poder deslizar toda una sustentación ética, empírica y moral de esa sabia afirmación como sólo puede hacer un pensador seminal. La libertad ha perdido, en el sentido físico, a uno de sus defensores más gallardos", dijo a Radio Televisión Martí el ensayista y politólogo cubanoamericano.
"Su acento porteño no podía ocultar su cubanía. Amó a Juan Bautista Alberdi, tanto como a Argentina, su segunda patria. Cuba, su tierra natal, sin embargo, colmó profundamente en él, un espacio permanente e inigualable. Su condición de exiliado la llevaba bien enraizada. Compartimos en simposios, programas de televisión y reuniones sociales privadas. Lo consideraba un amigo", agregó el director del foro político y la publicación Patria de Martí.
"En nuestra última conversación en persona, en su más reciente viaje a Miami, en 2019, después de grabar para el programa Karen a las 8 de Televisión Martí, le pregunté qué es lo que más pesaba sobre su larga y fructífera vida. Y me contestó: “No poder ver a Cuba libre”. Con eso me afirmó su membresía en esa tribu especial que es ser un cubano exiliado que luchó por la libertad de Cuba. ¡Descansa en paz guerrero liberal! Cuba será libre y desde otra dimensión, libre tú también, la verás y seguro estoy que aportarás a lograrlo", expresó Shiling.
El ensayista y analista político argentino Nicolás Márquez, confesó sentirse "muy entristecido" por la muerte de Ribas, a quien catalogó como un "gran pensador liberal. Un cubano-argentino que nunca pudo dejar su acento de origen, ni su gracia caribeña ni tampoco su devoción por la música y el canto", dijo el autor de La Historia de un fracaso (ensayo que indaga en el drama de la revolución cubana); Chávez, de Bolívar al narcoterrorismo (una biografía sobre el extinto dictador venezolano) y El libro negro de la nueva izquierda. Ideología de género o subversión cultural (junto con Agustín Laje).
Márquez, también autor de El canalla, la verdadera historia del Che, un ensayo crítico sobre la mitología creada en torno a la figura del guerrillero comunista Ernesto Guevara, con prólogo de Ribas, declaró: "No sólo yo sentía gran admiración por su magisterio, sino que él supo honrarme con su amistad. Por ende, el que suscribe se siente dolorido por doble motivo: por el pensador que cierra su cátedra y por el amigo que se va. Gran admirador de David Hume, Armando fue un predicador, un militante y un exquisito intelectual de la libertad, cuya prédica mediante sus libros y artículos mantuvo hasta el final de sus días. Donde quiera que él esté, no tengo menos que mandarle un enorme abrazo espiritual y decirle una vez más que su magisterio me obligó a pensar, a leer y a enriquecerme".
"Conocía a Armando por sus intervenciones en televisión. Además, Nicolás Márquez siempre me hablaba sobre los tiempos políticos del cubano que llegó a Argentina. La primera vez que lo vi personalmente fue en el lanzamiento de mi primer libro. Se sentó en primera fila, cerca de su amiga Malú Kikuchi. Su inesperada presencia para mí, escritor amateur, con apenas 21 años, era como si un futbolista amateur se percatara de la presencia de Messi entre el público. Un año más tarde, volvió a otra conferencia que brindé, también en Buenos Aires. Y en 2016 también estuvo en el lanzamiento de El libro negro de la Nueva Izquierda. ¿Qué quiero decir con todo esto? Que recuerdo a Armando como un tipo que apoyaba a la juventud, incluso en sus primeros pasos. No iba, supongo yo, con el afán de escuchar algo que no supiera o le desvelara intelectualmente. Iba porque era su forma de decirnos a los jóvenes: "agarren ustedes la antorcha y sigan". Hay muchos combates por dar todavía. Los legados trascienden los límites del cuerpo. El buen combatiente es el que deja su legado. ¡Y vaya si Armando lo ha dejado!", expresó Agustín Laje.
En uno de sus últimos artículos, Cuba, entre la ley de Murphy y el gatopardismo, Ribas advierte: "Hoy vemos con desasosiego la distorsión histórica que prevalece, no sólo en nuestro continente al sur del Río Grande sino igualmente en Europa. Así prevalece la creencia humanística de la democracia que Fidel Castro rescató a Cuba de la tiranía de Batista y por supuesto de la mafia americana. Prevalece así una visión distorsionada de la historia en América Latina según la cual el problema no fue provocado por la subversión marxista sino por los militares que nos libraron de ella. Se pretende ignorar así los crímenes cometidos por los autotitulados idealistas, olvidando las sabias palabras de Hume cuando dijera: “Cuidémonos de aquellos que están dispuestos a morir por sus ideales, pues generalmente matan". Y en el olvido de esa realidad se han ido apoderando del poder bajo el supuesto de la democracia y el bien común".
"Dos liberales muy ilustrados han muerto en las últimas horas: el cubano-argentino Armando Ribas, ex diputado, y el cubano-venezolano Aurelio Concheso, ex presidente de CEDICE", escribió Carlos Alberto Montaner en su cuenta de Twitter. "Los dos batallaron en sus países de adopción por el adecentamiento de la vida pública", enfatizó el autor de más de una treintena de libros, fundador de la Unión Liberal Cubana y ex-vicepresidente de la Internacional Liberal.
La Fundación Libertad, de la cual Ribas fue fundador, lamentó en Twitter su partida: "Gran pensador que defendió las ideas de la libertad en el plano académico y político. Acompañamos a su familia en este difícil momento".
"Se fue un GRANDE, con mayúsculas. Lo conocí en 1982, y desde entonces nos acompañó (por todo el país, literalmente), enseñó, e ilustró. Y también nos divirtió. Sin él, quizás no existiría la Fundación Libertad. Un gran tipo además...Te extrañaremos, Armando", manifestó Gerardo Bongiovanni, fundador y presidente de Fundacion Libertad, y cofundador y director general de la Fundación Internacional para la Libertad.
El ensayista y periodista peruano Álvaro Vargas Llosa, primogénito del premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, se sumó, "de todo corazón" a las condolencias: "Un gran cubano, un gran argentino, un gran amigo. Cantaba boleros casi con tanto talento y brillantez como él que empleaba para defender sus ideas".
La Fundación Libertad y Progreso también rindió homenaje a Ribas calificándolo como "un eterno defensor de la libertad en todos sus aspectos. Nacido en Cuba, pero con su corazón argentino, mantuvo encendida la llama de la libertad en todo el continente americano. Acompañamos a sus seres queridos en este momento. Que descanse en paz".
En julio del pasado año, por un equívoco con una nota fúnebre en el diario argentino La Nación, se divulgó en las redes sociales la muerte de Ribas. Pero rápidamente uno de sus amigos, el economista Roberto Cachanosky, llamó al celular de Ribas y comprobó que se trataba de un error.
"Fue mi primera muerte falsa y espero que la segunda también sea así", comentó Ribas, con su particular humor, luego de grabar una de sus entrevistas con Karen Caballero en la Oficina de Transmisiones a Cuba.
Este viernes, al enterarse de la muerte de su amigo, Cachanosky compartió en Twitter dos frases de Ribas: "La igualdad económica requiere una gran desigualdad política, es decir falta de libertad y de derechos" y "El imperio de la demagogia se edifica sobre el hambre de los pobres que crea", destacó el editor del Informe Económico Semanal y autor de Economía para todos y El síndrome argentino.
Ribas recibió en 2015 el Premio Rogelio T. Pontón, creado en memoria del destacado economista argentino, creador de la Fundación Libertad, fallecido en 2013. Deja una voluminosa obra, estudiada y elogiada por varias generaciones de intelectuales liberales, compuesta por miles de artículos y libros que abarcan diversos temas y géneros, donde destacan: El Príncipe y el Principito: ética, libertad y Estado; Entre la libertad y la servidumbre; Cuba entre la independencia y la libertad; Propiedad: fuente de libertad; Crisis bancarias y convertibilidad; El rol del empresario en la sociedad, y Teoría monetaria, tasa de interés e inflación, entre otros.
Quienes le conocimos pudimos comprobar que fue un ser humano excepcional, de agudeza y memoria increíbles, con un fino humor cubano que con el tiempo hizo confluir con el humor argentino. Por su dedicación a la investigación, la enseñanza y la defensa de las ideas de la libertad, podemos decir que Armando Ribas fue el cubano más liberal en el sentido clásico.
En su columna de abril de este año, Liberalismo, historia y realidad, Ribas recuerda que en una oportunidad le dijo a su amigo von Hayek que estaba de acuerdo con el empirismo, a lo que el filósofo, jurista y economista austriaco le contestó que estaba en desacuerdo. "Le expliqué entonces de conformidad con Hume que el empirismo es la comprobación de la realidad por la razón. Entonces me dijo: 'Si es eso, yo también estoy de acuerdo".
Ese mismo artículo concluye: "Esperemos que logremos superar el coronavirus y el virus pendiente del socialismo. Con respecto al primero solo tengo la ilusión de lo que ha hecho el hombre a través de la historia para que yo esté vivo hoy. Con mis anteriores palabras espero contribuir a liberarnos del virus del socialismo, y retornemos al liberalismo que nos permitió vivir en el mundo en que vivimos".
Algunos de sus textos pueden consultarse en La página de Armando Ribas. Uno de los poemas más conocidos de este incansable soldado de la libertad no en balde se titula Esperanza:
Un destello de luz en mi camino
de sombras tantas veces desbordado
Resplandece en mi cielo deslumbrado
y así he vuelto a creer en mi destino
Yo sé bien que en su paso por la vida
el alma también vive de ilusiones
soportando estoicamente decepciones
y se aferra a la imagen más querida.
Qué pesares me aguardan todavía
en la lid de soñar en mis andanzas
si estoy solo luchando cada día.
Esperando vencer las asechanzas,
soy feliz al reencontrar la poesía
de vivir otra vez con esperanza.