Decenas de activistas cubanos en Estados Unidos se manifestaron este miércoles frente a la sede de Naciones Unidas, en Nueva York, en la misma jornada en que la diplomacia cubana presentó una vez más ante la Asamblea General una resolución de condena al embargo de EEUU a la isla, que fue aprobada por mayoría.
Desde horas tempranas, en las cercanías del emblemático edificio que alberga a la organización más poderosa del mundo, los manifestantes cubanos instalaron un garrote vil por el que pasaron varias personas y otros posaron con unos enormes dados en la cabeza, con los rostros de los activistas y opositores cubanos detenidos o en prisión domiciliaria.
Entre los retratos de prisioneros representados por los activistas estaba el del rapero Maykel Castillo Pérez "El Osorbo"; el reportero independiente Esteban Rodríguez; el popular comentarista cubano Yoandi Montiel Hernández "El Gato de Cuba"; y las activistas Yeilis Torres Cruz y Thais Mailén Franco.
La protesta en el Dag Hammarskjöld Plaza en Manhattan, un espacio urbano que honra al exsecretario general de las Naciones Unidas, ha despertado la simpatía de los transeúntes y personas que desde sus carros tocaron el claxon en apoyo a los manifestantes, asegura nuestra corresponsal en Nueva York, Carmen María Rodríguez, quien calcula que medio centenar de personas han participado en el acto.
El escritor y periodista cubano Carlos Manuel Álvarez, recientemente galardonado con el Premio de Periodismo Don Quijote, fue el primero en someterse simbólicamente al castigo del garrote vil y dijo que la acción es en solidaridad con los presos políticos cubanos y una queja "por el orden de cosas en general impuesto en Cuba por un régimen político tan ineficiente como ilegítimo".
Sobre el simbolismo de la protesta el director de la revista El Estornudo expresó: "La manera en la que estamos ahora aquí sentados nosotros, en la que estamos proyectandonos hacia la ciudad de Nueva York, no es ni gratuita ni exagerada. Esta es la representación fiel de cómo se vive en Cuba. Los cubanos de muchas maneras viven atados de manos y viven con una especie de garrote en el cuello y viven sometidos por un régimen por un sistema político que no respeta las libertades civiles y las libertades individuales. Y nuestro deber, dondequiera que estemos es construir ese país para todos. Y este gesto de hoy forma parte de esa construcción y forma parte de esa memoria que hay que hacer día a día y que no podemos dejarle a otra generación. Nos toca a nosotros, nos toca hoy".
En declaraciones a Radio Televisión Martí, la activista Omara Ruiz Urquiola compartió la emoción de participar en un evento de esta envergadura: “Para mí es emocionante porque son personas, incluso muchos los conocía de Cuba, que antes no se habían vinculado y que a raíz de lo que pasó en San Isidro están sintiéndose parte y están asumiendo la responsabilidad de llevar adelante una lucha que si no es conjunta, verdaderamente no tiene mucho sentido porque estamos dentro y fuera. Entonces, para mí es emocionante. Es muy reconfortante. Es como algo que da bastante aliento”.
Paralelamente a la acción de los manifestantes ocurrió la votación del proyecto de resolución titulado 'Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos contra Cuba' que fue aprobado por una mayoría de 184 países, dos votos en contra de Estados Unidos e Israel y tres abstenciones de Colombia, Ucrania y Emiratos Árabes Unidos.
Esta resolución es un tema que La Habana lleva a la ONU desde 1992, y para el cual despliega una enorme campaña propagandística nacional e internacional. Este 23 de junio ocurrió en un entorno distinto, teniendo en cuenta la protesta de los activistas cubanos.
Su objetivo, según han explicado, es llamar la atención de los medios de prensa internacionales y los gobiernos democráticos sobre la situación de los derechos humanos en Cuba, en especial de los presos políticos.
El activista Luis Eligio, del colectivo ProActivo Miami dijo en entrevista con Radio Televisión Martí que "los presos políticos cubanos solamente son un símbolo del pueblo cubano, el pueblo cubano en verdad, es el gran y verdadero preso político bajo condiciones duras en la isla. Donde ahora mismo se está viviendo como en un campo de concentración, como una prisión y lo que están pasando los presos políticos es nada más que un símbolo de lo que está pasando todo el pueblo”.
Los activistas de ProActivo Miami se desplazaron luego en caravana de autos siguiendo a un camión cubierto de pantallas led con imágenes de la represión en Cuba y de los presos políticos cubanos.
En el trayecto gritaban "Libertad para Cuba y Patria y Vida" y "Abajo la dictadura". En ocasiones bailaron "San Isidro no está solo" y sonaron los claxons en clave cubana.
Llegaron hasta el edificio que alberga la sede de la misión de Cuba en Naciones Unidas donde exigieron la libertad de los presos políticos y el fin de la dictadura comunista en la isla.