Abascal dijo que se trasladó en un bote camaronero convertido en yate de 90 pies de eslora hasta Isla Mujeres, donde recogieron a Posada y lo llevaron a Miami en marzo del 2005. Como parte de la evidencia presentaron una fotografía del acusado en la embarcación.
Posada dijo que fue a Isla Mujeres y entró en contacto con el yate, el Santrina, con el fin de recoger dinero en efectivo para pagarle al contrabandista de personas que lo llevó por tierra desde Honduras a través de México y hasta Houston, donde tomó un autobús rumbo a Miami.
Aunque la defensa no ha interrogado a Abascal, de 45 años, su principal abogado, Arturo Hernández, argumentó que éste carece de credibilidad por recibir dinero del gobierno para espiar a Posada.