La Staatliche Bauhaus (Casa de Construcción Estatal), abreviada más tarde a simplemente Bauhaus, abrió sus puertas por primera vez el 1o de abril de 1919, cumpliendo un siglo este año. Bauhaus fue cerrada por los Nazis en 1933, teniendo que salir sus profesores y líderes al exilio.
Pero Bauhaus sigue influyendo la arquitectura, así como el diseño y las artes plásticas hasta nuestros días y aquellos arquitectos y exilados de los años treinta fueron los principales apóstoles en diseminar, en primer lugar por occidente y luego en todo el mundo el nuevo pensamiento de que “la forma tiene que seguir a la función”.
Los alemanes no quieren que la conmemoración del centenario de Bauhaus pase desapercibida y la celebran con la apertura de varios museos y exhibiciones relacionadas con la historia de Bauhaus.
En mayo de este año quedará restaurada en Weimar, ciudad donde fue fundada la escuela, la Haus Horn, una casa hecha con el estilo que ahora llaman “Minimalista” y que se conocía como “Internacional” cuando yo comencé arquitectura a finales de los 50s. La casa con muebles diseñados por estudiantes de Bauhaus de la época, es la única huella arquitectónica “bauhauista” que queda en Weimar.
Por cierto la escuela fue trasladada a Dessau en 1925 donde la escuela alcanzó su plenitud con un claustro de profesores que incluía, aparte de su fundador, Walter Gropius, arquitecto alemán hijo y nieto de arquitectos, a diseñadores, pintores y arquitectos como Vasili Kandisnki, László Moholy-Nagy, Paul Klee, Marcel Breuer y Mies van der Rohe. Esos individuos representan la columna vertebral de la arquitectura y el diseño en general del siglo XX y nos influyen en el siglo XXI.
También en Weimar, dirigido por la profesora de Bauhaus Heike Hanada, se inauguró el Museo de Bauhaus; en Berlín, ciudad donde estuvo la escuela de 1932 al 1933 y donde ahora tiene también una sede, se prepara la ampliación del Bauhaus-Archiv a terminarse en 2022 y la Haus Kulturen del Welt está presentando una exposición que reconoce la vinculación de Bauhaus con las culturas no occidentales.
En Dessau se inaugurará en septiembre un museo que mostrará una colección de más de 50,000 obras y artefactos de Bauhaus.
Como les dije, los nazis cerraron Bauhaus en 1933. Consideraban a los integrantes de Bauhaus como proponentes de un arte degenerado que no tenía cabida en el Nacionalsocialismo. Bauhaus en realidad representaba una política abierta y democrática, lo que, para los Nazis suponía una gran infracción.
Los miembros exilados de Bauhaus y sus discípulos y seguidores revolucionaron el mundo y en particular a Estados Unidos, la filosofía del diseño y los objetivos del arte y la arquitectura.
Mies van del Rohe y Moholy-Nagy cambiaron la fisonomía de Chicago, van der Rohe con el diseño de sus edificios y como profesor de Universidad y Maholu-Nagy fundó la Nueva Bauhaus y rediseñó el paisaje de Chicago.
Walter Gropius enseñó en Yale y entrenó a Paul Rudolph quien sería más tarde el mentor de Richard Rogers y Norman Foster y a I. M Pei el de la pirámide del Louvre, la National Gallery y el Miami Tower.
La influencia de esos arquitectos moldeó el pensamiento del siglo pasado.
Cuando entré en la escuela de arquitectura de la Universidad de La Habana a finales de los 1950, el estilo internacional era la religión del diseño. Nos enseñaron a desdeñar todo el oropel y el adorno inútil, con énfasis en el funcionalismo y siempre buscando la unión entre el uso y la estética.
Hoy Bauhaus nos rodea, invisible para el no iniciado, pero influyendo en todo lo que se construye y se fabrica. A algunos, por cultura personal, nos influye más que a otros. Si van a mi casa, encontrarán que todos los muebles son Bauhaus. Mis amigos me dicen que son ultra-modernos y yo les digo: “esos muebles fueron diseñados hace casi un siglo”. Sofá de LeCorbusier, sillas Barcelona de Mies van der Rohe y sillas Vasili, diseñadas por Marcel Breuer en honor de su amigo Vasili Kandisnki. Todos diseñados en los 1920s.
Hoy vemos la influencia de Bauhaus en el diseño industrial contemporáneo, en un ejemplo puro del estilo internacional/minimalista de que la “forma sigue la función” y que “busca la unión entre el uso y la estética”, por un hombre estudioso del diseño Bauhaus, Steve Job: El IPhone.