El matrimonio cubano-ruso de Carlos y Daria Jiménez ha sido reconocido como solicitante de protección internacional por la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados, (ACNUR) en Trinidad y Tobago.
“Al fin puedo compartir buenas noticias. La Organización Living Water Community, entidad asociada a ACNUR, nos ayudó a obtener el estado legal de refugiados y nos está apoyando en nuestra adaptación al medio. Todavía no estamos bien pero ayer se logró un gran avance”, dijo Carlos en comunicación con este reportero desde Puerto España, la capital trinitense.
El matrimonio vivía en Kushelevskaya Doroga, San Petersburgo, pero militares rusos amenazaron con reclutar a Carlos y enviarlo al frente en Ucrania.
Ante esa situación, en octubre pasado se fue a Cuba, a casa de los padres del joven, en La Villa Panamericana, La Habana.
Desavenencias familiares hicieron que el padre de Carlos formulara una denuncia a la Dirección de Identificación, Inmigración y Extranjería (DIIE), lo que provocó que fueran amenazados y acosados por funcionarios del ente gubernamental al punto de que Daria fue declarada controlada con expediente abierto y obligada a abandonar Cuba.
Habían tomado un vuelo con destino a Granada con escala en Trinidad y Tobago, donde se quedaron porque en ese país radica la sede de ACNUR para la región.
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