Desde el pasado 12 de septiembre, la entrada de ciudadanos cubanos a la República de Panamá está regida por el nuevo Decreto Ejecutivo (Nº 86) “para la Visa de Pasajeros o Tripulantes en Tránsito”, según dio a conocer este jueves la página oficial del Servicio Nacional de Migración (SNM) del país istmeño.
Este Decreto Ejecutivo está previsto para funcionar por un “período de tres meses” y el propósito de su implementación es “controlar el flujo migratorio por o desde nuestro país, de manera que podamos continuar atendiendo la situación de los cubanos que requieran hacer tránsito en Panamá”, expone la nota informativa del SNM.
El comunicado explica, además, que los cubanos “que viajen hacia Cuba”, los que posean visa turística en vigor o sean residentes en Panamá, estarán exentos de obtener dicho visado.
De igual modo, están sujetos a excepción aquellos que “posean residencia vigente, previamente utilizada en el territorio otorgante” y con una vigencia de seis meses o más en el momento de realizar el tránsito en la República de Panamá”.
El Decreto contempla, además, que estas visas deberán ser “debidamente otorgadas” por países tales como Estados Unidos, Australia, Canadá. República de Corea, Estado del Japón, Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, República de Singapur “y cualquiera de los países que conforman la Unión Europea”.
Quienes tengan residencia permanente con más de cinco años en “terceros países” y estén viajando de regreso a éstos y mantengan la vigencia de sus visados de “ingreso del país destino final”, tampoco necesitarán el visado de tránsito.
En marzo pasado, cientos de cubanos protestaron frente a la embajada de Panamá en La Habana tras el anuncio de ese país de la nueva medida que exigía visa de tránsito a los cubanos para arribar a su territorio.
Muchos de esos migrantes tenían boletos para volar a ese país y tomar luego un vuelo de conexión a Nicaragua, un puente utilizado por los isleños para continuar su ruta hacia Estados Unidos, y que los libra del paso por una peligrosa zona selvática, el Tapón del Darién.
Entre enero y julio de este año, 3.133 cubanos cruzaron esa frontera natural entre el noreste de Colombia y el suroeste de Panamá, considerada un "infierno" para los migrantes por la tupida vegetación, las mafias que allí operan y la exposición a todo tipo de peligros que han llevado a la muerte a miles de personas.
Aunque el flujo de cubanos que atraviesan la Selva del Darién disminuyó tras la apertura de Nicaragua, en noviembre pasado, los migrantes de la isla siguen siendo los terceros, tras venezolanos y haitianos, que más utilizan la peligrosa ruta en su intento de llegar a Estados Unidos, revela un informe del gobierno de Panamá.
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