El divorcio de Vladimir V. Putin con Liudmila A. Putina, es la crónica de una muerte anunciada. La pareja informó de la separación en el palacio del Kremlin, al finalizar la presentación del ballet La Esmeralda. Sin seguridad personal y acompañado de la dama, hizo Putin el anuncio ante una periodista del estatal canal Rusia 24/Vesti, quien esperó a la pareja en un solitario salón del complejo presidencial.
El reportaje con la información, de tres minutos y medio, abarca solo dos preguntas: la impresión de ambos del clásico ballet, presentado por el conjunto artístico del Kremlin y la situación familiar de ambos, a quienes no se les veía juntos hace meses. Tanto el presidente como ella culpan al trabajo por la separación; y si no fuera por la novedad los elogios mutuos parecieran una proclama de amor y unidad eterna.
Liudmila Alexandrovna toma ahora su apellido de soltera Shkrebneva y la ex aeromoza de Aeroflot seguirá, como ya viene haciendo hace años, lejos de las cámaras y los lentes. Las andanzas sentimentales de Putin, por el contrario, vienen llenado cuartillas hace varios años. Ahora la pregunta es cuándo aparecerá la segunda Señora Putina.
La prensa rusa fue pionera en comentar el romance del entonces premier Putin con la campeona mundial y olímpica de gimnasia rítmica Alina M. Kabaeva. Durante una visita de Putin a Italia en el 2008, con el apoyo del entonces premier Silvio Berlusconi, el gobernante ruso negó los rumores y el diario (Moskovskie Korrespondent) donde laboraba la periodista que hizo la pregunta fue cerrado unas semanas después.
La noticia del divorcio no ha sido de primera plana en los diarios y noticieros rusos. Y además de la referencia al reportaje de Vesti se agrega la afirmación que brindó el portavoz presidencial.
En algunas ediciones digitales rusas la noticia viene acompañada con pronósticos del futuro político y sentimental en Moscú. Primero auguran una futura boda con la presencia de la créme de la créme de Europa y Asia, donde los campeones olímpicos y mundiales se verán en la misma mesa con los magnates rusos y la elite del Kremlin.
La deportista, además de haber sido medalla de oro en las Olimpiadas de Atenas (2004), bronce en Sidney (2000); dos coronas mundiales, en 1999 y el 2003; cinco campeonatos de Europa y de Rusia en seis ocasiones y se retiró en el 2007 para entrar de lleno en la política. Militando en el partido del Kremlin “Rusia Unida” ascendió meteóricamente al Comité Político, el Buro Político de esa organización, y estuvo varios años en la Cámara Pública de Rusia. En el 2007 fue electa la Duma de Estado por la lista partidista y en el parlamento dirige el comité de asuntos juveniles.
De aparecer en el Kremlin, junto a Putin, los expertos rusos aseguran que podría ser una Margaret Thatcher o Angela Merkel en Rusia. De la misma manera que hizo Putin a un desconocido Dimitri A. Medvedev presidente de Rusia por 4 años, bien puede repetir la jugada con Kabaeva, reconocida deportista y política. Desde la caída del imperio ruso en 1917 la mujer rusa ha estado ausente en la jefatura del país, y dicen que ya les llegó la hora, de la mano de Putin, que no necesita buscar mucha a una nueva señora Putina.
El reportaje con la información, de tres minutos y medio, abarca solo dos preguntas: la impresión de ambos del clásico ballet, presentado por el conjunto artístico del Kremlin y la situación familiar de ambos, a quienes no se les veía juntos hace meses. Tanto el presidente como ella culpan al trabajo por la separación; y si no fuera por la novedad los elogios mutuos parecieran una proclama de amor y unidad eterna.
Liudmila Alexandrovna toma ahora su apellido de soltera Shkrebneva y la ex aeromoza de Aeroflot seguirá, como ya viene haciendo hace años, lejos de las cámaras y los lentes. Las andanzas sentimentales de Putin, por el contrario, vienen llenado cuartillas hace varios años. Ahora la pregunta es cuándo aparecerá la segunda Señora Putina.
La prensa rusa fue pionera en comentar el romance del entonces premier Putin con la campeona mundial y olímpica de gimnasia rítmica Alina M. Kabaeva. Durante una visita de Putin a Italia en el 2008, con el apoyo del entonces premier Silvio Berlusconi, el gobernante ruso negó los rumores y el diario (Moskovskie Korrespondent) donde laboraba la periodista que hizo la pregunta fue cerrado unas semanas después.
La noticia del divorcio no ha sido de primera plana en los diarios y noticieros rusos. Y además de la referencia al reportaje de Vesti se agrega la afirmación que brindó el portavoz presidencial.
En algunas ediciones digitales rusas la noticia viene acompañada con pronósticos del futuro político y sentimental en Moscú. Primero auguran una futura boda con la presencia de la créme de la créme de Europa y Asia, donde los campeones olímpicos y mundiales se verán en la misma mesa con los magnates rusos y la elite del Kremlin.
La deportista, además de haber sido medalla de oro en las Olimpiadas de Atenas (2004), bronce en Sidney (2000); dos coronas mundiales, en 1999 y el 2003; cinco campeonatos de Europa y de Rusia en seis ocasiones y se retiró en el 2007 para entrar de lleno en la política. Militando en el partido del Kremlin “Rusia Unida” ascendió meteóricamente al Comité Político, el Buro Político de esa organización, y estuvo varios años en la Cámara Pública de Rusia. En el 2007 fue electa la Duma de Estado por la lista partidista y en el parlamento dirige el comité de asuntos juveniles.
De aparecer en el Kremlin, junto a Putin, los expertos rusos aseguran que podría ser una Margaret Thatcher o Angela Merkel en Rusia. De la misma manera que hizo Putin a un desconocido Dimitri A. Medvedev presidente de Rusia por 4 años, bien puede repetir la jugada con Kabaeva, reconocida deportista y política. Desde la caída del imperio ruso en 1917 la mujer rusa ha estado ausente en la jefatura del país, y dicen que ya les llegó la hora, de la mano de Putin, que no necesita buscar mucha a una nueva señora Putina.