Luis Pavón, uno de los autores principales de la censura en la Cuba de los años ’70 falleció en la mañana del pasado sábado 25 de mayo, según informaron diversos medios de prensa.
Como presidente del Consejo Nacional de Cultura entre 1971 y 1976, se le considera principal ejecutor de la política de restricciones que segregó a centenares de intelectuales y artistas cubanos, acusados de homosexualismo, “desviación ideológica” o como se le conociera luego, “una conducta impropia”, aplicándoles la llamada "parametración".
Pavón dirigió la revista Verde Olivo y colaboró con diversas publicaciones nacionales y publicó algunos libros de poemas y dos novelas.
Luego de un tiempo de silencio, su figura volvió a salir a la palestra pública cuando en el año 2007 apareció en un programa televisivo. Una masiva protesta –vía e-mail-- de intelectuales cubanos, desempolvó sus desmanes, que incluyeron enviar a decenas de ellos a las conocidas Unidades Militares de Apoyo a la Producción, UMAP; o condenarlos al ostracismo o a la cárcel, como ocurrió con su coterráneo, el escritor holguinero Reinaldo Arenas.
El editor y crítico Ambrosio Fornet calificó al periodo de Pavón al mando de los designios de la cultura cubana como “Quinquenio gris”, pero otros prefieren hablar de un decenio, y a raíz de la “guerrita de los e-mails” también se escuchó decirle El Pavonato.
Como presidente del Consejo Nacional de Cultura entre 1971 y 1976, se le considera principal ejecutor de la política de restricciones que segregó a centenares de intelectuales y artistas cubanos, acusados de homosexualismo, “desviación ideológica” o como se le conociera luego, “una conducta impropia”, aplicándoles la llamada "parametración".
Pavón dirigió la revista Verde Olivo y colaboró con diversas publicaciones nacionales y publicó algunos libros de poemas y dos novelas.
Luego de un tiempo de silencio, su figura volvió a salir a la palestra pública cuando en el año 2007 apareció en un programa televisivo. Una masiva protesta –vía e-mail-- de intelectuales cubanos, desempolvó sus desmanes, que incluyeron enviar a decenas de ellos a las conocidas Unidades Militares de Apoyo a la Producción, UMAP; o condenarlos al ostracismo o a la cárcel, como ocurrió con su coterráneo, el escritor holguinero Reinaldo Arenas.
El editor y crítico Ambrosio Fornet calificó al periodo de Pavón al mando de los designios de la cultura cubana como “Quinquenio gris”, pero otros prefieren hablar de un decenio, y a raíz de la “guerrita de los e-mails” también se escuchó decirle El Pavonato.
