Human Rights Watch denunció este martes el ascenso en Nicaragua de Luis Alberto Pérez Oliva, un oficial vinculado con "abusos aberrantes" durante la represión del Gobierno de Daniel Ortega contra los manifestantes que se alzaron en protestas contra su gobierno.
Ortega ascendió a comisionado general, el máximo rango policial, a Pérez Oliva, director del centro de detención “El Chipote”, el “principal lugar donde las autoridades sometieron a gravísimos abusos a personas que se manifestaron contra el gobierno", según un informe de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH, dijo en una nota de prensa José Miguel Vivanco, director de HRW para las Américas.
El informe documentó "denuncias de abusos tales como violaciones sexuales, descargas eléctricas, laceraciones con alambre de púas, golpizas con tubos y estrangulación de manifestantes en distintos lugares del país", dijo Vivanco.
El director de HRW citó los testimonios sobre dos casos en los que las autoridades de El Chipote se negaron a cumplir órdenes judiciales de brindar atención médica a los detenidos, o permitir que un juez verificara las condiciones de su detención.
"Según información recabada por medios de comunicación y testimonios obtenidos por Human Rights Watch, autoridades de El Chipote han obligado a detenidos a grabar confesiones incriminándose ellos mismos o a otros manifestantes a cambio de ser liberados", añadió.
En un caso, las autoridades de El Chipote se negaron a informar el paradero de cuatro activistas durante varios días luego de que la policía los detuviera. ACNUDH consideró que se trató de un caso de desaparición forzada.
Otros dos activistas fueron golpeados y obligados a permanecer de rodillas durante varias horas, mientras una mujer fue obligada a quedarse en ropa interior, dijeron familiares a HRW.
"Pérez Oliva también habría estado directamente implicado en la administración de un centro clandestino donde bandas armadas partidarias del gobierno cometieron abusos aberrantes contra manifestantes", dijo Vivanco, citando un testimonio recogido por HRW.
Según el testimonio, un manifestante allí recluido dijo que "hombres enmascarados lo colgaron del techo y lo golpearon con bates de béisbol, tubos y armas de fuego durante dos días". Luego fue llevado ante un hombre enmascarado que reconoció como Pérez Oliva. El oficial lo obligó a grabar una confesión en la que incriminaba a otros manifestantes.
Vivanco hizo un llamado a la comunidad internacional a "emplear todos los medios de los que disponga para asegurar que las víctimas tengan acceso a la verdad y la justicia, y esto incluye celebrar un debate urgente durante el actual período de sesiones del Consejo de Derechos Humanos", concluyó.
(Con información de Human Rights Watch)