El multimillonario grupo IKEA ha publicado los resultados de una investigación sobre la participación de presos cubanos en la fabricación de muebles para esta empresa sueca.
“La investigación concluye que el Grupo IKEA nunca ha tenido relaciones comerciales a largo plazo con los proveedores en Cuba y que no hay pruebas de que el Grupo IKEA es consciente de la posible utilización de los presos políticos en Cuba”, explica una nota de prensa divulgada por la empresa.
Sin embargo, el informe señaló que ,a manera de muestras, se fabricaron 71 juegos de sala, que incluían un sofá y dos sillas a juego y “al menos un set fue enviado a la antigua RDA para la inspección de calidad de entidades asociadas al Grupo IKEA. Estos muebles no cumplieron los estándares de calidad de la firma”.
“No hay evidencia de que el Grupo IKEA recibiera otros productos producidos en Cuba”, agrega el informe.
En mayo del 2012, la noticia de que en la década de 1980 el Grupo IKEA hizo convenios con Cuba para utilizar a los presos cubanos como mano de obra causó revuelo.
El presidente de IKEA en Estados Unidos Michael Ward y la gerente de Sostenibilidad de IKEA en Suecia, Jeanette Skjelmose, se reunieron con legisladores cubanoamericanos el pasado junio de 2012 y explicaron que investigarían estas acusaciones.
La pesquisa a cargo de la firma Ernst & Young incluyó revisar las prácticas de compra en Cuba y en la antigua República Democrática Alemana (RDA).
Como parte de la investigación, se revisaron unas 20.000 páginas de documentos de los archivos internos del Grupo IKEA y 80.000 objetos pertenecientes a los archivos estatales de la Alemania Federal. También fueron entrevistadas 90 personas, tanto en activo y jubilados del Grupo IKEA, compañeros de trabajo, y testigos de la antigua RDA y se activó una línea telefónica pública.
“La investigación concluye que el Grupo IKEA nunca ha tenido relaciones comerciales a largo plazo con los proveedores en Cuba y que no hay pruebas de que el Grupo IKEA es consciente de la posible utilización de los presos políticos en Cuba”, explica una nota de prensa divulgada por la empresa.
Sin embargo, el informe señaló que ,a manera de muestras, se fabricaron 71 juegos de sala, que incluían un sofá y dos sillas a juego y “al menos un set fue enviado a la antigua RDA para la inspección de calidad de entidades asociadas al Grupo IKEA. Estos muebles no cumplieron los estándares de calidad de la firma”.
“No hay evidencia de que el Grupo IKEA recibiera otros productos producidos en Cuba”, agrega el informe.
En mayo del 2012, la noticia de que en la década de 1980 el Grupo IKEA hizo convenios con Cuba para utilizar a los presos cubanos como mano de obra causó revuelo.
El presidente de IKEA en Estados Unidos Michael Ward y la gerente de Sostenibilidad de IKEA en Suecia, Jeanette Skjelmose, se reunieron con legisladores cubanoamericanos el pasado junio de 2012 y explicaron que investigarían estas acusaciones.
La pesquisa a cargo de la firma Ernst & Young incluyó revisar las prácticas de compra en Cuba y en la antigua República Democrática Alemana (RDA).
Como parte de la investigación, se revisaron unas 20.000 páginas de documentos de los archivos internos del Grupo IKEA y 80.000 objetos pertenecientes a los archivos estatales de la Alemania Federal. También fueron entrevistadas 90 personas, tanto en activo y jubilados del Grupo IKEA, compañeros de trabajo, y testigos de la antigua RDA y se activó una línea telefónica pública.