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En huelga de hambre, periodista describe el infierno del Combinado del Este


Calixto Ramón Martínez Arias
Calixto Ramón Martínez Arias

Calixto Ramón Martínez, corresponsal del Centro de Información Hablemos Press, fue detenido en septiembre y acusado de desacato. Actualmente sostiene una huelga de hambre desde la temida prisión cubana.

El periodista independiente Calixto Ramón Martínez Arias, se encuentra en su cuarto día de huelga de hambre en la prisión, según divulgó la página digital del Centro de Información Hablemos Press.

Vía telefónica, Calixto Ramón, integrante del Centro de Información Hablemos Press y encarcelado desde mediados de septiembre pasado, explicó las razones por las que se declaró en huelga de hambre.

El periodista independiente, que alertó sobre un brote de cólera en Cuba días antes de que el gobierno lo reconociera, fue detenido el 16 de septiembre y acusado de desacato.

Estuvo recluido en la cárcel habanera de Valle Grande sin habérsele realizado proceso judicial hasta el 10 de noviembre, en que lo trasladaron hasta la cárcel Combinado del Este. Desde allí contactó con su colega Roberto de Jesús Guerra:




Les habla Calixto Ramón Martínez Arias, recluido en la prisión Combinado del Este, piso tercero sur, compañía 3309. Me encuentro aquí desde el sábado día 10, y me abstengo de alimentarme, debido a que se me quitó toda la ropa de civil que yo traje, y se me había prohibido la comunicación telefónica.

Quiero decir que las condiciones de vida en esta prisión son totalmente pésimas, debe ser declarada inhabitable. Denuncio ante las organizaciones internacionales que velan por el respeto a los Derechos Humanos que visiten esta prisión, que hagan hincapié en visitar esta prisión, debido a las pésimas condiciones, y que el gobierno cubano se llene de dignidad y declare esta prisión inhabitable.

Debo declarar el estado de hacinamiento que se está viviendo en esta prisión, pues en un espacio de 13 a 14 metros de largo por 6 de ancho conviven unos 36 reos.

El primer día que llegué aquí, tuve que dormir en el piso, por la sobrepoblación penal que hay. Un oficial me explicó que yo no era el único que dormía en el piso, porque en casi todas las compañías había 1 o 2 reos, durmiendo en el piso.

En estas compañías, los presos han tenido que ingeniárselas porque la construcción es de losa doble T de fabricación rusa y tiene filtraciones. Los reos han tenido que colocar nailo
n tipo canal, que desemboque en el baño, para que el agua que gotee no caiga encima de su cama.

Son también pésimas, las condiciones sanitarias, pues en este espacio de 13 o 14 metros de largo por 6 de ancho hay que contar que el baño que no tiene tazas sanitarias, son dos turcos, uno para orinar y el otro para defecar, y un lavamanos doble.

Se vive en una estrechez. Es una aglomeración de presos, en un espacio muy pequeño y reducido; además del mal estado, la mala higiene y el mal aspecto con que se vive en estas pequeñas compañía.

En este momento ya tengo cama, dormí dos días en el piso y esta mañana me cedieron una cama. El primer día, como cosa de privilegio, quisieron bajarme a mí para un piso que tenía una cama pero simplemente a dormir y por la mañana tenía que subir para la compañía donde pertenecía, a estar tirado en el piso. Yo me negué rotundamente, no quiero privilegios sobre mi persona. Ahora me niego a comer, estoy reclamando que se me suba la ropa de civil para aquí arriba, pues en ropa de preso no salgo a ningún lado.

Hasta que no me entreguen la ropa, no como. Me habían prohibido el teléfono, yo oí cuando el oficial de la Seguridad del Estado les dijo a los de la prisión que yo tenía que estar distante del teléfono en todo momento. Pero hoy me colé entre los reos, y logré venir acá.
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