Dejarse crecer el pelo bien largo hasta la cintura no para lucirlo sino para venderlo es una alternativa que muchas mujeres de la isla han encontrado como fuente de ingreso.
“En realidad es una manera de resolver algunos problemas económicos que tienen las mujeres. En mi caso, tengo el pelo largo y no lo vendo. No quiere decir que no tenga dificultades económicas pero bueno yo no me he decidido a hacerlo aunque me lo han propuesto”, dice Yusmila Reyna, del municipio Songo la Maya en Santiago de Cuba.
El precio de los moños va desde 100, 120 y 140 cuc en dependencia del largo y el color. El pelo rubio es más caro que los castaños o negros. Con ese dinero, por ejemplo pueden comprar “un ventilador, un par de zapatos. Son cosas así que parecen increíbles pero son ciertas porque ningún trabajador cobra al mes 50 dólares aquí en Cuba”, dice Reyna y afirma, con toda seguridad, que el pelo generalmente lo compran las muchachas que se dedican a la prostitución para hacerse implantes.
“Sobre todo esas muchachas que se dedican a la prostitución si tienen poco cabello y quieren tener una apariencia muchos más bonita por supuesto para poder venderse mejor a los turistas. Además lo compran porque ellas son las que tienen los dólares por la labor precisamente a la que se dedican y son las que pueden comprar ese tipo de cabellos”.
En el sitio de internet revolico.com, destinado a promover negocios y productos en venta en Cuba, se encuentran anuncios como: “Extensiones de cabello natural de persona a muy buenos precios, de todos los colores (negros, rojos, rubios, Ect) desde cortos hasta extra largos…”.
Una peluquera de la Lisa en la ciudad de La Habana que se identificó como "La Muñe" explicó que el precio para ponerse las extensiones oscila desde 1 CUC por el largo hasta tira del ajustador, más abajo que no llega a la cintura es 1.50 CUC y por la cintura 2 CUC.
“Es pelo natural me lo traen del Oriente de Cuba, van a los montes y las guajiras que tienen el pelo largo se lo cortan”.
Se trata de mechones de pelo que caben en una grapa que no es más que un anillito pequeño donde se inserta el pelo de la persona junto con el pelo de la extensión y se aprieta con una pinza.
Por lo general son siete cortinas que se colocan desde la mitad de la cabeza.
La popularidad de las extensiones de pelo natural en la isla ha provocado que algunos se dediquen a asaltar a mujeres para robarle el pelo.
Según Yusmila se escuchan comentarios de “cuidado con el pelo que te lo pueden cortar” y explica que como mismo te arrebatan una cadena o un pulso de oro en la calle por ejemplo en las terminales cuando va a salir un carro esos asaltantes están ahí y te halan tu prenda o te cortan el cabello.
“Son cosas de lo real maravilloso como dijo Alejo Carpentier respecto a las bellezas y a las cosas que se daban en América Latina, pero en este caso es lo real maravilloso desde el punto de vista de a dónde ha llegado el pueblo cubano en su desesperación”, dice Yusmila.
“En realidad es una manera de resolver algunos problemas económicos que tienen las mujeres. En mi caso, tengo el pelo largo y no lo vendo. No quiere decir que no tenga dificultades económicas pero bueno yo no me he decidido a hacerlo aunque me lo han propuesto”, dice Yusmila Reyna, del municipio Songo la Maya en Santiago de Cuba.
El precio de los moños va desde 100, 120 y 140 cuc en dependencia del largo y el color. El pelo rubio es más caro que los castaños o negros. Con ese dinero, por ejemplo pueden comprar “un ventilador, un par de zapatos. Son cosas así que parecen increíbles pero son ciertas porque ningún trabajador cobra al mes 50 dólares aquí en Cuba”, dice Reyna y afirma, con toda seguridad, que el pelo generalmente lo compran las muchachas que se dedican a la prostitución para hacerse implantes.
“Sobre todo esas muchachas que se dedican a la prostitución si tienen poco cabello y quieren tener una apariencia muchos más bonita por supuesto para poder venderse mejor a los turistas. Además lo compran porque ellas son las que tienen los dólares por la labor precisamente a la que se dedican y son las que pueden comprar ese tipo de cabellos”.
En el sitio de internet revolico.com, destinado a promover negocios y productos en venta en Cuba, se encuentran anuncios como: “Extensiones de cabello natural de persona a muy buenos precios, de todos los colores (negros, rojos, rubios, Ect) desde cortos hasta extra largos…”.
Una peluquera de la Lisa en la ciudad de La Habana que se identificó como "La Muñe" explicó que el precio para ponerse las extensiones oscila desde 1 CUC por el largo hasta tira del ajustador, más abajo que no llega a la cintura es 1.50 CUC y por la cintura 2 CUC.
“Es pelo natural me lo traen del Oriente de Cuba, van a los montes y las guajiras que tienen el pelo largo se lo cortan”.
Se trata de mechones de pelo que caben en una grapa que no es más que un anillito pequeño donde se inserta el pelo de la persona junto con el pelo de la extensión y se aprieta con una pinza.
Por lo general son siete cortinas que se colocan desde la mitad de la cabeza.
La popularidad de las extensiones de pelo natural en la isla ha provocado que algunos se dediquen a asaltar a mujeres para robarle el pelo.
Según Yusmila se escuchan comentarios de “cuidado con el pelo que te lo pueden cortar” y explica que como mismo te arrebatan una cadena o un pulso de oro en la calle por ejemplo en las terminales cuando va a salir un carro esos asaltantes están ahí y te halan tu prenda o te cortan el cabello.
“Son cosas de lo real maravilloso como dijo Alejo Carpentier respecto a las bellezas y a las cosas que se daban en América Latina, pero en este caso es lo real maravilloso desde el punto de vista de a dónde ha llegado el pueblo cubano en su desesperación”, dice Yusmila.