Pablo Iglesias, líder de Podemos, presentará en el Congreso una “Ley de Emergencia” con un amplio contenido social, pero no podrá hacerlo hasta el 13 de enero, cuando se constituyan las Cortes españolas. No obstante, adelantó el contenido de dicha ley en una carta que envió a los líderes de todas las fuerzas con representación parlamentaria.
Iglesias ha sido criticado duramente en un editorial de El País que lo acusa, con otras palabras, de estar armando revuelos innecesarios en un momento en que lo que se necesita es calma y mente fría para lograr un pacto y formar gobierno, y así poder investir un presidente antes de que se cumpla el plazo para ello. El País recuerda que, si bien Podemos resultó la tercera fuerza vencedora en las recientes elecciones generales, obteniendo 69 escaños, sus votos vienen de la unión de varios partidos minoritarios. O sea, que Podemos es un conglomerado y no un partido en sí mismo.
También el diario español indica que Iglesias se ha tomado el día después de las elecciones con mucha vehemencia, como si él fuera imprescindible para pactar, cuando en realidad, y esto lo dicen varios analistas, nadie ganó las elecciones.
El joven profesor universitario, que recientemente fue presentado en un periódico español fumando un puro como si fuera el Che Guevara, cuenta con una parte amplia de la población agrupada en el “movimiento de Indignados”, que son personas que, o han perdido sus viviendas o están a punto de perderlas. Otro “activo” para su discurso político es apoyarse en la emigración forzosa que ha ocurrido en los últimos tiempos por cuenta de la crisis.
El expresidente español Felipe González advirtió en no pocas ocasiones que nadie debe fiarse de un grupo político que asesoró a los militares del chavismo. Recientemente salió una noticia que vincula a un diputado electo de Podemos con el gobierno de Correa, de Ecuador; o lo que es lo mismo, con el denominado “socialismo del siglo XXI” que comienza a desmontarse justo ahora.
A pesar de que hay campañas anti Podemos en las redes, que intentan desarticular el discurso de ese partido, las propuestas que llevará Iglesias en enero al Congreso y que ya ha dado a conocer son demasiado fuertes y tentadoras.
Lo fundamental, lo prioritario, "es una ley de emergencia social para rescatar a las familias españolas que están sufriendo", ha dicho Iglesias. También ve urgente "abordar legislativamente la prohibición de los desalojos forzosos sin alternativa habitacional", a través de un "proceso simplificado de reestructuración y cancelación de deudas". Este punto es vital para la ciudadanía española.
Durante la denominada “burbuja inmobiliaria” de los primeros años 2000, mucha gente, sobre todo jóvenes, adquirieron hipotecas y luego de perder sus empleos se ven imposibilitados de pagar. En España existe la terrible circunstancia de que, después del desahucio, el deudor continúa pagando esa vivienda, sin reacomodo de la deuda de acuerdo al mercado actual. Hemos visto suicidios y también plazas llenas reclamando la abolición del desahucio. Así que Iglesias ha colocado su propuesta en un punto delicado.
Si a esto le sumamos que, en su propuesta de Ley, pide una "garantía habitacional inmediata (en un plazo de 30 días) para las víctimas de violencia machista" (un tema de cada día en ese país), y la prohibición de cortes de electricidad y gas "cuando el impago de la factura sea debido a motivos ajenos a su voluntad", Podemos estaría resolviendo de un plumazo varios de los graves problemas de la sociedad; pero lo que muchos analistas apuntan es cómo lo va a hacer, o si eso se quedará en papel mojado.
Para obtener los recursos necesarios, a Podemos no le queda otra que nacionalizarlo todo, concentrar la mayoría de las gestiones en la dirección del Estado. De ahí que no se entienda cómo uno de los reclamos fundamentales a Pedro Sánchez, líder del PSOE, con quien hipotéticamente pactaría, sea sacar a sus miembros de los Consejos de Administración.
Un video de una bloguera famosa en redes sociales se propone avisar de lo que haría Podemos en el poder. Acapulco 70 es el nombre de la joven latinoamericana que se basa en la experiencia de Venezuela, país al que ahora los de la formación de Pablo Iglesias no quieren ni mencionar, después de que cobraran por sus servicios como asesores en el gobierno bolivariano.
El doble rasero con que se mide a Podemos, y a Iglesias en particular, es lo único que está dando juego después de las elecciones del domingo pasado. Iglesias ha preferido hacer ruido, mientras los otros trazan en silencio sus estrategias de pacto. España se ve abocada a una coalición, pero nadie sabe de qué color será.