La tradición cuenta que Santa Bárbara era hija de un hombre de mal genio llamado Dióscoro, quien la encerró en un castillo porque ella no creía en sus ídolos paganos.
Como ella no aceptaba casarse con ningún pagano, él permitió que la martirizaran cortándole la cabeza con una espada. La reflejan con una espada, túnica roja y la palma del martirio y una corona porque se ganó el Reino de los Cielos.
Agregan que cuando Dióscoro bajaba del monte donde habían asesinado a su hija, le cayó un rayo y lo mató. Por eso se le pide verse libre de los rayos.
En Cuba esta devoción pasó también al sincretismo religioso identificándola con Changó, deidad del trueno, siendo uno de los orishas del panteón afrocubano con más devoción y respeto por sus fieles.
La presentan de pie o montada a caballo con espada en la mano, porque es un orisha guerrero, y como ofrenda le brindan manzanas.