Cuba recibirá unos 151,7 millones de dólares de las Naciones Unidas para la ejecución de programas que mejoren la calidad de vida de la población cubana para los próximos 5 años.
El dinero sería administrado por diferentes instituciones del estado cubano, muchas de las cuales están directamente relacionadas a familiares del gobernante Raúl Castro.
Entre las organizaciones favorecidas se encuentran por ejemplo el Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX) que dirige la hija de Raúl, Mariela Castro; la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) que presidía la fallecida esposa de Raúl y en la que ahora tiene un gran poder su hija Debora Castro.
El Instituto Nacional de Deporte, Educación Física y Recreación (INDER) donde el hijo de Fidel, Antonio Castro Soto del Valle, Vice presidente de lka Federación Cubana de Béisbol, es un personaje muy influyente; y BIOCUBAFARMA cuyo presidente es Jose Antonio Fraga Castro, sobrino del presidente cubano.
También se encuentra el Ministerio de Salud Pública, que agrupa a los centros de salud entre los que se encuentran la Clínica 43 y la Clínica Consejo de Estado, ambas equipadas con última generación y supervisadas por la esposa de Fidel Castro, Dalia Soto.
Para muestra un botón, por ejemplo, sólo el CENESEX que dirige Mariela Castro y otro grupo de instituciones gubernamentales se verían beneficiados de montos de inversión que bordean los 38,36 millones de dólares del total que las Naciones Unidas otorgará a la isla.
En el documento de Naciones Unidas, de 56 páginas, se detallan los programas y las fases en que se invertiría este presupuesto, así como las áreas de desarrollo específico y las organizaciones que se encargaría de administrarlos.
En cuanto al desempeño económico, las principales acciones se dirigen hacia un crecimiento mayor y estable encaminado a revertir los desafíos estructurales de la economía, a promover el uso eficiente de los recursos disponibles, perfeccionar sus mecanismos de gestión, y articular los diferentes actores en la economía, generando una base sostenible para garantizar la calidad de vida de la población.
Entre las instituciones que más dinero aportan se encuentran el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) con 91,4 millones de dólares, la Organización de Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI) con 13,2 millones de dólares, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) con 10 millones y la UNICEF con 9,4 millones de dólares.
Entre los riesgos que conllevan la ejecución de algunos de los proyectos contemplados en el marco de este convenio se menciona reiteradamente el limitado acceso a mercados internacionales de insumos, materias primas debido al “bloqueo económico, comercial y financiero de EUA”. Pero no se hace mención a que Estados Unidos es el quinto socio comercial de Cuba en lo que a venta de alimentos se refiere. En el 2012 por ejemplo, EEUU exportó casi 465 millones de dólares en productos agrícolas, instrumentos médicos, medicinas y artículos humanitarios a Cuba.
Otro de los riesgos que Naciones Unidas contempla es la “incorporación de nuevos suministradores, elaboradores y expendedores de alimentos, fundamentalmente no estatales que no conozcan o cumplan las normas de calidad e higiene de los alimentos”, haciendo referencia directamente a los cuentapropistas, que se han convertido en una fuente extra de recursos para el país.
Entre los llamados “asociados en la implementación” hay “organizaciones de la sociedad civil” como la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) y entre las organizaciones gubernamentales está el MININT (Ministerio del Interior) que curiosamente no aparece en la lista de acrónimos que se ubica al final del documento.
El documento fue rubricado por Rodrigo Malmierca Díaz, ministro del Comercio Exterior y la Inversión Extranjera de la isla y Barbara Pesce-Monteiro, Coordinadora Residente de la ONU en Cuba. En el mismo se clarifica las áreas en que se acompañarán a las autoridades nacionales y locales, como: dinámica poblacional y calidad, desarrollo y sostenibilidad de los servicios sociales y culturales, desarrollo económico sostenible, seguridad alimentaria y nutricional y sostenibilidad ambiental y gestión de riesgo de desastres.
El dinero sería administrado por diferentes instituciones del estado cubano, muchas de las cuales están directamente relacionadas a familiares del gobernante Raúl Castro.
Entre las organizaciones favorecidas se encuentran por ejemplo el Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX) que dirige la hija de Raúl, Mariela Castro; la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) que presidía la fallecida esposa de Raúl y en la que ahora tiene un gran poder su hija Debora Castro.
El Instituto Nacional de Deporte, Educación Física y Recreación (INDER) donde el hijo de Fidel, Antonio Castro Soto del Valle, Vice presidente de lka Federación Cubana de Béisbol, es un personaje muy influyente; y BIOCUBAFARMA cuyo presidente es Jose Antonio Fraga Castro, sobrino del presidente cubano.
También se encuentra el Ministerio de Salud Pública, que agrupa a los centros de salud entre los que se encuentran la Clínica 43 y la Clínica Consejo de Estado, ambas equipadas con última generación y supervisadas por la esposa de Fidel Castro, Dalia Soto.
Para muestra un botón, por ejemplo, sólo el CENESEX que dirige Mariela Castro y otro grupo de instituciones gubernamentales se verían beneficiados de montos de inversión que bordean los 38,36 millones de dólares del total que las Naciones Unidas otorgará a la isla.
En el documento de Naciones Unidas, de 56 páginas, se detallan los programas y las fases en que se invertiría este presupuesto, así como las áreas de desarrollo específico y las organizaciones que se encargaría de administrarlos.
En cuanto al desempeño económico, las principales acciones se dirigen hacia un crecimiento mayor y estable encaminado a revertir los desafíos estructurales de la economía, a promover el uso eficiente de los recursos disponibles, perfeccionar sus mecanismos de gestión, y articular los diferentes actores en la economía, generando una base sostenible para garantizar la calidad de vida de la población.
Entre las instituciones que más dinero aportan se encuentran el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) con 91,4 millones de dólares, la Organización de Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI) con 13,2 millones de dólares, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) con 10 millones y la UNICEF con 9,4 millones de dólares.
Entre los riesgos que conllevan la ejecución de algunos de los proyectos contemplados en el marco de este convenio se menciona reiteradamente el limitado acceso a mercados internacionales de insumos, materias primas debido al “bloqueo económico, comercial y financiero de EUA”. Pero no se hace mención a que Estados Unidos es el quinto socio comercial de Cuba en lo que a venta de alimentos se refiere. En el 2012 por ejemplo, EEUU exportó casi 465 millones de dólares en productos agrícolas, instrumentos médicos, medicinas y artículos humanitarios a Cuba.
Otro de los riesgos que Naciones Unidas contempla es la “incorporación de nuevos suministradores, elaboradores y expendedores de alimentos, fundamentalmente no estatales que no conozcan o cumplan las normas de calidad e higiene de los alimentos”, haciendo referencia directamente a los cuentapropistas, que se han convertido en una fuente extra de recursos para el país.
Entre los llamados “asociados en la implementación” hay “organizaciones de la sociedad civil” como la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) y entre las organizaciones gubernamentales está el MININT (Ministerio del Interior) que curiosamente no aparece en la lista de acrónimos que se ubica al final del documento.
El documento fue rubricado por Rodrigo Malmierca Díaz, ministro del Comercio Exterior y la Inversión Extranjera de la isla y Barbara Pesce-Monteiro, Coordinadora Residente de la ONU en Cuba. En el mismo se clarifica las áreas en que se acompañarán a las autoridades nacionales y locales, como: dinámica poblacional y calidad, desarrollo y sostenibilidad de los servicios sociales y culturales, desarrollo económico sostenible, seguridad alimentaria y nutricional y sostenibilidad ambiental y gestión de riesgo de desastres.
