La cotorra cubana (Amazona Leucocephala), con su vívido color verdirrojo, está en peligro de extinción. Los especialistas cubanos tratan de garantizar su supervivencia en varias regiones de la isla estudiando las condiciones de su hábitat tradicional.
El municipio Tunas de Zaza de la provincia de Sancti Spíritus es un ejemplo de lo que sucede a la carismática cotorra, metáfora del hablar incesante de muchos cubanos.
Alberto Rodríguez, director del Refugio de Flora y Fauna en esa provincia dijo a la prensa local que "gracias al trabajo sostenido para lograr la proliferación del ave y asegurar su hábitat, actualmente se han localizado bandos de siete hasta 30 cotorras". La situación era mucho peor hace 10 años, cuando se registraban en la zona menos de 15 cotorras, indicó el especialista.
Las causas principales que explican la disminución de las cotorras en los campos cubanos son la falta de frutales y el comercio ilícito.
Rodríguez destacó la necesidad de sembrar los terrenos con plantas como la guayaba, la ciruela, el paraíso y el algarrobo, porque sus frutas y semillas son el alimento predilecto de estas aves.
Explicó, además, que en los meses de mayo a julio es cuando los pichones de cotorras salen de las cavidades e inician el vuelo, etapa óptima para el hurto por aquellas personas dedicadas a su comercio ilícito.
Estas aves endémicas de Cuba cuentan con protección legal en el país, la cual prohíbe y sanciona su venta.