El presidente de Ucrania, Víktor Yanukóvich, contraatacó hoy, al anunciar una operación antiterrorista en todo el territorio nacional para frenar los desórdenes violentos que han causado al menos 26 muertos.
El anuncio de esta operación se produce horas antes de la visita a Kiev de los ministros de Exteriores de Polonia, Francia y Alemania, quienes posteriormente informarán de sus gestiones a sus colegas de la Unión Europea (UE), que celebrarán mañana una reunión extraordinaria sobre Ucrania en la que estudiarán la posible
imposición de sanciones.
Los ministros llegarán a una ciudad que ha elegido como bastión de las protestas antigubernamentales el Maidán, un lugar que hoy parece una imagen de posguerra extraída de un viejo libro de historia, ya que las imponentes barricadas levantadas por los manifestantes por todo el centro de Kiev han sido reemplazadas por un amenazante cordón de fuego en torno a la plaza.
Los manifestantes, que cumplen esta semana tres meses de protestas antigubernamentales, están cercados desde anoche por los efectivos antidisturbios, lo que hace temer a la oposición la inmediata dispersión del baluarte opositor.
A esto contribuye el hecho de que el metro kievita está cerrado a cal y canto, al igual que muchos de los locales y negocios del centro de la capital, que está en virtual estado de sitio.
La euforia de los opositores ha decaído después de que la policía retirara varias líneas de barricadas, pero los más estoicos continuaron esta jornada reforzando las unidades de autodefensa con trozos de adoquines que desmenuzaban pacientemente con picos y martillos.
Hoy, en un mensaje a la nación, Yanukóvich afirmó que los dirigentes opositores "se pasaron de la raya cuando llamaron a la gente a las armas. Y eso es una clamorosa violación de la ley. Y los criminales deben comparecer ante la Justicia, que determinará su castigo".
"Ya no podemos devolver a los muertos. Ya hemos pagado un precio muy alto por las ambiciones de aquellos que aspiran al poder. Pero para que ese precio no sea aún más alto, hago un llamamiento a la cordura. Hay que sentarse a la mesa de negociaciones para salvar Ucrania", dijo Yanukóvich, que de madrugada se reunió con los dos principales líderes opositores, Vitali Klitschkó y Arseni Yatseniuk, quienes se niegan a llamar a sus partidarios a dejar las calles.
Mientras el presidente llamaba al diálogo, Alexandr Yakimenko, jefe del Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU, en sus siglas en ucraniano), anunciaba la decisión de lanzar en breve una operación antiterrorista en todo el país en la que podría participar el Ejército, según el Ministerio de Defensa.
Yakimenko justificó este paso en "la escalada de la confrontación violenta y el empleo masivo de armas de fuego por parte de grupos extremistas".
"En muchas regiones del país (los extremistas) toman sedes de los edificios gubernamentales, comisarías de policía, oficinas de los servicios de seguridad, fiscalías, unidades militares y arsenales", recalcó.
Las protestas antigubernamentales se han propagado al oeste de Ucrania, tradicional granero electoral opositor, donde grupos de manifestantes asaltaron y prendieron fuego a edificios oficiales, cuarteles y sedes del partido gobernante en las regiones de Lvov, Ivano-Frankovsk, Volinia, Rovno y Ternópol.
El anuncio de esta operación se produce horas antes de la visita a Kiev de los ministros de Exteriores de Polonia, Francia y Alemania, quienes posteriormente informarán de sus gestiones a sus colegas de la Unión Europea (UE), que celebrarán mañana una reunión extraordinaria sobre Ucrania en la que estudiarán la posible
imposición de sanciones.
Los ministros llegarán a una ciudad que ha elegido como bastión de las protestas antigubernamentales el Maidán, un lugar que hoy parece una imagen de posguerra extraída de un viejo libro de historia, ya que las imponentes barricadas levantadas por los manifestantes por todo el centro de Kiev han sido reemplazadas por un amenazante cordón de fuego en torno a la plaza.
Los manifestantes, que cumplen esta semana tres meses de protestas antigubernamentales, están cercados desde anoche por los efectivos antidisturbios, lo que hace temer a la oposición la inmediata dispersión del baluarte opositor.
A esto contribuye el hecho de que el metro kievita está cerrado a cal y canto, al igual que muchos de los locales y negocios del centro de la capital, que está en virtual estado de sitio.
La euforia de los opositores ha decaído después de que la policía retirara varias líneas de barricadas, pero los más estoicos continuaron esta jornada reforzando las unidades de autodefensa con trozos de adoquines que desmenuzaban pacientemente con picos y martillos.
Hoy, en un mensaje a la nación, Yanukóvich afirmó que los dirigentes opositores "se pasaron de la raya cuando llamaron a la gente a las armas. Y eso es una clamorosa violación de la ley. Y los criminales deben comparecer ante la Justicia, que determinará su castigo".
"Ya no podemos devolver a los muertos. Ya hemos pagado un precio muy alto por las ambiciones de aquellos que aspiran al poder. Pero para que ese precio no sea aún más alto, hago un llamamiento a la cordura. Hay que sentarse a la mesa de negociaciones para salvar Ucrania", dijo Yanukóvich, que de madrugada se reunió con los dos principales líderes opositores, Vitali Klitschkó y Arseni Yatseniuk, quienes se niegan a llamar a sus partidarios a dejar las calles.
Mientras el presidente llamaba al diálogo, Alexandr Yakimenko, jefe del Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU, en sus siglas en ucraniano), anunciaba la decisión de lanzar en breve una operación antiterrorista en todo el país en la que podría participar el Ejército, según el Ministerio de Defensa.
Yakimenko justificó este paso en "la escalada de la confrontación violenta y el empleo masivo de armas de fuego por parte de grupos extremistas".
"En muchas regiones del país (los extremistas) toman sedes de los edificios gubernamentales, comisarías de policía, oficinas de los servicios de seguridad, fiscalías, unidades militares y arsenales", recalcó.
Las protestas antigubernamentales se han propagado al oeste de Ucrania, tradicional granero electoral opositor, donde grupos de manifestantes asaltaron y prendieron fuego a edificios oficiales, cuarteles y sedes del partido gobernante en las regiones de Lvov, Ivano-Frankovsk, Volinia, Rovno y Ternópol.