Cada día son más los jóvenes cubanos inconformes con el status quo impuesto por el gobierno castrista, y un ejemplo es el caso de cuatro jóvenes del oriente del país reprimidos por la policía al intentar una marcha independiente desde Maisí hasta La Habana, comenta el periodista independiente Luis Felipe Rojas.
“A finales de septiembre, cuatro jóvenes menores de 30 años intentaron hacer una marcha desde Maisí hasta La Habana, y por supuesto, la policía política la emprendió contra ellos,” detalla el holguinero, autor del blog Cruzar las alambradas, en el programa de Radio Martí, Cuba al día.
Rojas advierte que Randy Matos, Evelys Montoya Suárez, Luis Noa Silva y Alejandro Hernández Real (uno de los jóvenes que interpeló al presidente del Parlamento cubano, Ricardo Alarcón, en la Universidad de Ciencias Informáticas), a pesar de que ante los acontecimientos dicen ser parte de la oposición, “no creo que tengan un color ideológico, político”; simplemente “son gente muy abierta.”
Su iniciativa y la reacción de la policía provocó que los padres de los cuatro, de ideología comunista, los echaran de sus casas, cuenta Rojas, y detalla el caso de Noa Silva, “quien recibió una golpiza por parte de su padrastro y de su madre, porque ideológicamente están en puntos diferentes.”
“Le dieron una golpiza y tiene hasta fracturas en un brazo, moretones en el cuerpo; le han negado los alimentos en la casa; los botaron; han dormido en terminales,” abunda el bloguero.
No obstante, Rojas cuenta que, gracias a directivos de la Alianza Democrática Oriental en Baracoa, miembros de la organización los han acogido en sus hogares y están integrados a la oposición pacífica.
“Yo vi los testimonios que ellos dieron y de verdad que es algo sorprendente cómo, a pesar de todo, ellos siguen apostando por un cambio en Cuba, apostando por que los cubanos seamos uno solo.”
A propósito del debate sobre el papel de la juventud en estos tiempos, Rojas critica las primeras palabras de la nueva secretaria de la Unión de Jóvenes Comunistas a los miembros de la organización en todo el país.
El periodista independiente insiste en la falta de interés de los jóvenes por un discurso con “el lenguaje anquilosado de la alta nomenclatura cubana.” “El lenguaje se pierde porque no tiene un auditorio,” acota.
Rojas insiste en que el modo de hablar de la oposición a las nuevas generaciones “más que un discurso ha sido un lenguaje 'codo a codo', es decir, enseñándoles qué cosa queremos, qué cosa no queremos, y no ha hecho promesas vanas, lo que está pidiendo es: ayúdame a cambiar esto, porque de todas maneras lo que venga tiene que ser mejor.”
El activista asegura que cada día son más los jóvenes que se unen a la oposición interna y la prueba está en que “a los que más están deteniendo en las calles es a jóvenes, y en contados casos, personas de 50 y 60 años.”
Añade que la oposición histórica y los más jóvenes dentro de Cuba tienen un entendimiento “aunque tengan estrategias diferentes, porque la perspectiva es la del cambio. La meta se tiene muy bien definida: que todos tengamos derechos”, concluye.
“A finales de septiembre, cuatro jóvenes menores de 30 años intentaron hacer una marcha desde Maisí hasta La Habana, y por supuesto, la policía política la emprendió contra ellos,” detalla el holguinero, autor del blog Cruzar las alambradas, en el programa de Radio Martí, Cuba al día.
Rojas advierte que Randy Matos, Evelys Montoya Suárez, Luis Noa Silva y Alejandro Hernández Real (uno de los jóvenes que interpeló al presidente del Parlamento cubano, Ricardo Alarcón, en la Universidad de Ciencias Informáticas), a pesar de que ante los acontecimientos dicen ser parte de la oposición, “no creo que tengan un color ideológico, político”; simplemente “son gente muy abierta.”
Su iniciativa y la reacción de la policía provocó que los padres de los cuatro, de ideología comunista, los echaran de sus casas, cuenta Rojas, y detalla el caso de Noa Silva, “quien recibió una golpiza por parte de su padrastro y de su madre, porque ideológicamente están en puntos diferentes.”
“Le dieron una golpiza y tiene hasta fracturas en un brazo, moretones en el cuerpo; le han negado los alimentos en la casa; los botaron; han dormido en terminales,” abunda el bloguero.
No obstante, Rojas cuenta que, gracias a directivos de la Alianza Democrática Oriental en Baracoa, miembros de la organización los han acogido en sus hogares y están integrados a la oposición pacífica.
“Yo vi los testimonios que ellos dieron y de verdad que es algo sorprendente cómo, a pesar de todo, ellos siguen apostando por un cambio en Cuba, apostando por que los cubanos seamos uno solo.”
A propósito del debate sobre el papel de la juventud en estos tiempos, Rojas critica las primeras palabras de la nueva secretaria de la Unión de Jóvenes Comunistas a los miembros de la organización en todo el país.
El periodista independiente insiste en la falta de interés de los jóvenes por un discurso con “el lenguaje anquilosado de la alta nomenclatura cubana.” “El lenguaje se pierde porque no tiene un auditorio,” acota.
Rojas insiste en que el modo de hablar de la oposición a las nuevas generaciones “más que un discurso ha sido un lenguaje 'codo a codo', es decir, enseñándoles qué cosa queremos, qué cosa no queremos, y no ha hecho promesas vanas, lo que está pidiendo es: ayúdame a cambiar esto, porque de todas maneras lo que venga tiene que ser mejor.”
El activista asegura que cada día son más los jóvenes que se unen a la oposición interna y la prueba está en que “a los que más están deteniendo en las calles es a jóvenes, y en contados casos, personas de 50 y 60 años.”
Añade que la oposición histórica y los más jóvenes dentro de Cuba tienen un entendimiento “aunque tengan estrategias diferentes, porque la perspectiva es la del cambio. La meta se tiene muy bien definida: que todos tengamos derechos”, concluye.