El Gobierno cubano aseguró este viernes que la salud del contratista Alan Gross es "normal", en respuesta a lo que describió como una "campaña de fabricaciones" alrededor del estado físico del estadounidense, informa la agencia de noticias Reuters.
Gross, de 63 años de edad, fue arrestado en el 2009 y sentenciado en marzo de 2011 a 15 años de cárcel por supuestos delitos contra la seguridad del Estado tras trabajar en La Habana en un proyecto financiado por la Agencia de Desarrollo Internacional de Estados Unidos (USAID) que el contratista negó tuviera intenciones criminales.
"El Gobierno de Cuba lamenta las tergiversaciones que se están difundiendo sobre la salud del Sr. Gross y ha respetado el derecho a la privacidad de la información médico-paciente", explicó el Ministerio de Relaciones Exteriores de la isla.
Peter Kahn, abogado de Gross, afirmó esta semana en Estados Unidos que la salud del contratista se está deteriorando y que tenía problemas para caminar, además de acusar a La Habana de retener los resultados de las pruebas médicas que le practicaron en mayo.
Por su parte, el gobierno de Washington recalcó que estaba "extremadamente preocupado" por el deterioro físico de su salud.
Según La Habana, Gross permanece en el Hospital Militar. Su esposa Judy Gross le ha enviado medicamentos desde Washington.
El estadounidense solicitó hace ya varios meses permiso al régimen cubano para visitar a su madre e hijas quienes padecen de cáncer pero hasta el momento no le han dado respuesta.
"Tengo miedo de que se esté muriendo y la negativa de los cubanos a facilitar sus resultados médicos recientes sólo incrementan mi preocupación", escribió esta semana Judy Gross, publica Reuters.
La familia del contratista sostiene que ha perdido unos 45 kilos de peso (100 libras) desde que lo encarcelaron.
Gross "padece de enfermedades crónicas propias de su edad, para las cuales recibe tratamiento. Tiene una alimentación sana y balanceada. Mantiene un régimen elevado de ejercicios, que demuestra su buen estado general de salud", explicó el Gobierno en su declaración.
Durante el juicio en marzo de 2011, Gross dijo que fue "utilizado y engañado" por la empresa para la cual trabajaba Development Alternative Inc, vinculada a la USAID, a la que culpó de arruinar su vida y economía en un intento por lograr cambios políticos en el sistema comunista de Cuba, según Reuters.
A través de uno de sus miembros, el Consejo de Relaciones Comunitarias Judías de Washington, se pronunció contra la detención de Gross y pidió su liberación además de recalcar que el contratista fue a Cuba solo para ayudar a la comunidad judía en sus comunicaciones.
Gross, de 63 años de edad, fue arrestado en el 2009 y sentenciado en marzo de 2011 a 15 años de cárcel por supuestos delitos contra la seguridad del Estado tras trabajar en La Habana en un proyecto financiado por la Agencia de Desarrollo Internacional de Estados Unidos (USAID) que el contratista negó tuviera intenciones criminales.
"El Gobierno de Cuba lamenta las tergiversaciones que se están difundiendo sobre la salud del Sr. Gross y ha respetado el derecho a la privacidad de la información médico-paciente", explicó el Ministerio de Relaciones Exteriores de la isla.
Peter Kahn, abogado de Gross, afirmó esta semana en Estados Unidos que la salud del contratista se está deteriorando y que tenía problemas para caminar, además de acusar a La Habana de retener los resultados de las pruebas médicas que le practicaron en mayo.
Por su parte, el gobierno de Washington recalcó que estaba "extremadamente preocupado" por el deterioro físico de su salud.
Según La Habana, Gross permanece en el Hospital Militar. Su esposa Judy Gross le ha enviado medicamentos desde Washington.
El estadounidense solicitó hace ya varios meses permiso al régimen cubano para visitar a su madre e hijas quienes padecen de cáncer pero hasta el momento no le han dado respuesta.
"Tengo miedo de que se esté muriendo y la negativa de los cubanos a facilitar sus resultados médicos recientes sólo incrementan mi preocupación", escribió esta semana Judy Gross, publica Reuters.
La familia del contratista sostiene que ha perdido unos 45 kilos de peso (100 libras) desde que lo encarcelaron.
Gross "padece de enfermedades crónicas propias de su edad, para las cuales recibe tratamiento. Tiene una alimentación sana y balanceada. Mantiene un régimen elevado de ejercicios, que demuestra su buen estado general de salud", explicó el Gobierno en su declaración.
Durante el juicio en marzo de 2011, Gross dijo que fue "utilizado y engañado" por la empresa para la cual trabajaba Development Alternative Inc, vinculada a la USAID, a la que culpó de arruinar su vida y economía en un intento por lograr cambios políticos en el sistema comunista de Cuba, según Reuters.
A través de uno de sus miembros, el Consejo de Relaciones Comunitarias Judías de Washington, se pronunció contra la detención de Gross y pidió su liberación además de recalcar que el contratista fue a Cuba solo para ayudar a la comunidad judía en sus comunicaciones.