En una entrevista con nuestro colega José Luis Ramos desde el hospital provincial Saturnino Lora de Santiago de Cuba, donde recibió ayer su carta de libertad al cabo de casi un mes de huelga de hambre, el activista de la Unión Patriótica de Cuba Luis Enrique Lozada Igarza denunció que fue objeto de torturas por parte de los carceleros durante su encierro en las prisiones de Boniato y Aguadores.
Sus padres ya habían testimoniado que durante una de sus visitas al joven encarcelado éste se bajó los pantalones para que le vieran los hematomas resultantes de las golpizas.
Pero Losada Igarza también le refirió a Ramos que ---mientras continuaba en celdas de castigo el ayuno que inició el 9 de abril, en protesta por su arbitrario arresto-- no sólo fue objeto de golpizas, sino también de la tortura conocida en los penales del oriente de Cuba como la Shakira.
Este método de tortura, cuyo nombre se deriva del uso de una cadena alrededor de la cintura, algo característico en la diva colombiana, fue documentado por nuestro colega Luis Felipe Rojas mientras residía en San Germán, provincia de Holguín.
SI ESTO NO ES TORTURA...
En su blog “Cruzar las alambradas”, Rojas publicó una entrevista con el ex preso común Anderlay Guerra Blanco, quien fue objeto en la prisión de Guantánamo de la Shakira. La original consistía en colgar por las manos a la persona de una cabilla transversal en el techo. Luego se le suspende también con otra cadena por la cintura, de manera que la víctima sufre magulladuras en las manos y permanece semi-suspendida durante horas.
Pero Guerra y otro ex recluso, Isael Poveda Silva, aseguraron a Rojas que también les aplicaron otra versión de la Shakira, el llamado “balancín”, consistente en esposar a la espalda del detenido sus manos y sus pies, dejándole durante horas apoyado sobre el tórax. En una entrevista que le hizo la colega Idolidia Darias a Anderlay para Radio Martí, él enumeró las distintas variantes de la Shakira que se aplicaban en Guantánamo, e identificó a los torturadores, hasta hoy impunes:
ZAPATA, EL INDOBLEGABLE
En una crónica enviada desde la prisión de Guanajay en abril del 2011, el entonces preso de conciencia Efrén Fernández Fernández contó cómo el preso político Orlando Zapata Tamayo, muerto en febrero de 2010 tras una huelga de hambre de 83 días, en reclamo de un mejor trato en las prisiones, fue sometido desde su encarcelamiento en 2003 a terribles castigos. Uno de ellos fue el balancín, que en el gulag del occidente de Cuba se conoce como “la sillita”.
El autor lo supo primero por otros reclusos, y luego directamente por boca de Zapata, con quien conversaba de celda a celda en Guanajay, e incluso se escribían subrepticiamente. Narra Fernández:
“En una de las noches tenebrosas de la prisión de Taco-Taco, en el año 2006, torturaban en una celda de castigo a Zapata, por gritar consignas y plantarse en huelga de hambre, en reclamo del cese de los malos tratos, las condiciones infrahumanas y exigiendo el respeto de los derechos de los reclusos".
"En ese momento le estaban aplicando la tortura física conocida en las prisiones pinareñas con el nombre de la sillita; después de golpearlo le pusieron a la fuerza unas esposas en los pies, le torcieron las manos hacia la espalda, se las aprisionaron con un segundo par de esposas y a continuación con un tercer par le unieron los pies y las manos arqueando su cuerpo hacia atrás, dejándolo así tirado en el suelo varios días, Pero él no se rindió y continuó gritando: “¡Abajo Fidel!, ¡Abajo la dictadura!, ¡Vivan los Derechos Humanos!”.
“El enjambre de mosquitos, la plaga de chinchas, y las ratas aumentaban su suplicio; por eso los presos comunes, Ramón Acosta Moreno, Michel Jáuregui Pérez, Enrique González Silva, Michel Rodríguez Roldán y Jesús, alias Monín, quienes se encontraban en las celdas vecinas de castigo, llamaron a los funcionarios militares para que pararan aquel tormento".
"Entonces el Mayor Orlando, jefe de control penal, les prometió consultar a la dirección provincial, pues, según dijo, solamente ellos podían librarlo de aquella pena, porque la orden venía de los superiores”.
EL RELATOR SE QUEDÓ CON LAS MALETAS HECHAS
Durante décadas el gobierno de Cuba alegó que no se sometería a ”mecanismos selectivos” de la ex Comisión de Derechos Humanos de la ONU como un relator especial para la isla, pero sí a los mecanismos generales.
La Habana invitó en febrero de 2009 al relator del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, Manfred Nowak, a visitar la isla antes de que finalizara el año.
Pero la visita nunca ocurrió, porque el gobierno cubano no fijó la fecha ese año, ni antes de que finalizara el mandato de Nowak, el 30 de octubre de 2010.
El experto expresó su "profunda decepción” tras haber sido informado por el gobierno de Cuba de que no podía fijar una fecha para la misión de investigación antes del final de su mandato,
"Lamento que pese a su invitación el gobierno no me haya permitido evaluar objetivamente la situación en el país mediante la obtención de informaciones de primera mano, ante las fuentes disponibles", declaró el relator contra la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes.
La semana pasada, en el marco del Examen Periódico Universal de Cuba en el Consejo, el canciller Bruno Rodríguez omitió el tema durante su presentación oficial, pero luego dijo, casi a regañadientes, que su gobierno aceptará la visita de relatores especiales de Naciones Unidas.
El que se ocupa ahora de la tortura y otros tratos crueles, inhumanos y degradantes, el jurista argentino Juan E. Méndez, debería ser el primero en tomarle la palabra.
Sus padres ya habían testimoniado que durante una de sus visitas al joven encarcelado éste se bajó los pantalones para que le vieran los hematomas resultantes de las golpizas.
Pero Losada Igarza también le refirió a Ramos que ---mientras continuaba en celdas de castigo el ayuno que inició el 9 de abril, en protesta por su arbitrario arresto-- no sólo fue objeto de golpizas, sino también de la tortura conocida en los penales del oriente de Cuba como la Shakira.
Este método de tortura, cuyo nombre se deriva del uso de una cadena alrededor de la cintura, algo característico en la diva colombiana, fue documentado por nuestro colega Luis Felipe Rojas mientras residía en San Germán, provincia de Holguín.
SI ESTO NO ES TORTURA...
En su blog “Cruzar las alambradas”, Rojas publicó una entrevista con el ex preso común Anderlay Guerra Blanco, quien fue objeto en la prisión de Guantánamo de la Shakira. La original consistía en colgar por las manos a la persona de una cabilla transversal en el techo. Luego se le suspende también con otra cadena por la cintura, de manera que la víctima sufre magulladuras en las manos y permanece semi-suspendida durante horas.
Pero Guerra y otro ex recluso, Isael Poveda Silva, aseguraron a Rojas que también les aplicaron otra versión de la Shakira, el llamado “balancín”, consistente en esposar a la espalda del detenido sus manos y sus pies, dejándole durante horas apoyado sobre el tórax. En una entrevista que le hizo la colega Idolidia Darias a Anderlay para Radio Martí, él enumeró las distintas variantes de la Shakira que se aplicaban en Guantánamo, e identificó a los torturadores, hasta hoy impunes:
ZAPATA, EL INDOBLEGABLE
En una crónica enviada desde la prisión de Guanajay en abril del 2011, el entonces preso de conciencia Efrén Fernández Fernández contó cómo el preso político Orlando Zapata Tamayo, muerto en febrero de 2010 tras una huelga de hambre de 83 días, en reclamo de un mejor trato en las prisiones, fue sometido desde su encarcelamiento en 2003 a terribles castigos. Uno de ellos fue el balancín, que en el gulag del occidente de Cuba se conoce como “la sillita”.
El autor lo supo primero por otros reclusos, y luego directamente por boca de Zapata, con quien conversaba de celda a celda en Guanajay, e incluso se escribían subrepticiamente. Narra Fernández:
“En una de las noches tenebrosas de la prisión de Taco-Taco, en el año 2006, torturaban en una celda de castigo a Zapata, por gritar consignas y plantarse en huelga de hambre, en reclamo del cese de los malos tratos, las condiciones infrahumanas y exigiendo el respeto de los derechos de los reclusos".
"En ese momento le estaban aplicando la tortura física conocida en las prisiones pinareñas con el nombre de la sillita; después de golpearlo le pusieron a la fuerza unas esposas en los pies, le torcieron las manos hacia la espalda, se las aprisionaron con un segundo par de esposas y a continuación con un tercer par le unieron los pies y las manos arqueando su cuerpo hacia atrás, dejándolo así tirado en el suelo varios días, Pero él no se rindió y continuó gritando: “¡Abajo Fidel!, ¡Abajo la dictadura!, ¡Vivan los Derechos Humanos!”.
“El enjambre de mosquitos, la plaga de chinchas, y las ratas aumentaban su suplicio; por eso los presos comunes, Ramón Acosta Moreno, Michel Jáuregui Pérez, Enrique González Silva, Michel Rodríguez Roldán y Jesús, alias Monín, quienes se encontraban en las celdas vecinas de castigo, llamaron a los funcionarios militares para que pararan aquel tormento".
"Entonces el Mayor Orlando, jefe de control penal, les prometió consultar a la dirección provincial, pues, según dijo, solamente ellos podían librarlo de aquella pena, porque la orden venía de los superiores”.
EL RELATOR SE QUEDÓ CON LAS MALETAS HECHAS
Durante décadas el gobierno de Cuba alegó que no se sometería a ”mecanismos selectivos” de la ex Comisión de Derechos Humanos de la ONU como un relator especial para la isla, pero sí a los mecanismos generales.
La Habana invitó en febrero de 2009 al relator del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, Manfred Nowak, a visitar la isla antes de que finalizara el año.
Pero la visita nunca ocurrió, porque el gobierno cubano no fijó la fecha ese año, ni antes de que finalizara el mandato de Nowak, el 30 de octubre de 2010.
El experto expresó su "profunda decepción” tras haber sido informado por el gobierno de Cuba de que no podía fijar una fecha para la misión de investigación antes del final de su mandato,
"Lamento que pese a su invitación el gobierno no me haya permitido evaluar objetivamente la situación en el país mediante la obtención de informaciones de primera mano, ante las fuentes disponibles", declaró el relator contra la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes.
La semana pasada, en el marco del Examen Periódico Universal de Cuba en el Consejo, el canciller Bruno Rodríguez omitió el tema durante su presentación oficial, pero luego dijo, casi a regañadientes, que su gobierno aceptará la visita de relatores especiales de Naciones Unidas.
El que se ocupa ahora de la tortura y otros tratos crueles, inhumanos y degradantes, el jurista argentino Juan E. Méndez, debería ser el primero en tomarle la palabra.