Miles de personas desfilaron el domingo en Hong Kong, para expresar el descontento por los quince años de control chino sobre la ex colonia británica.
Una persona trató de interrumpir el discurso del presidente chino Hu Jintao durante la toma de posesión del nuevo líder de Hong Kong, Leung Chun-ying, ayer domingo.
El manifestante que intentó interrumpir a Hu al inicio de su discurso fue sacado por agentes de seguridad. El hombre, uno de los invitados a la inauguración, ondeó una pequeña bandera y gritó consignas pidiendo a los líderes chinos a condenar la brutal represión del 4 de junio de 1989 en la Plaza de Tiananmen, en Beijing. También hizo un llamado para poner fin al régimen unipartidista en China.
Las razones principales de las protestas son la desigualdad económica y el estancado crecimiento democrático, además de la ostentación de personas acaudaladas de China continental que se apoderan de tiendas minoristas durante viajes de compras a Hong Kong, y el uso del mandarín (que se habla en Beijing) a la ceremonia de juramentación, en lugar del dialecto cantonés que se habla localmente.
El nuevo gobernador prometió atender las necesidades económicas de los hongkoneses, incluyendo el incremento en los precios de vivienda, causada, según muchos, por las compras de departamentos de los acaudalados continentales.
En horas de la tarde, decenas de miles de personas marcharon hacia un nuevo complejo de oficinas del gobierno en medio del calor, golpeando tambores y ondeando banderas del Reino Unido y de la colonia británica en una señal de nostalgia.
Una persona trató de interrumpir el discurso del presidente chino Hu Jintao durante la toma de posesión del nuevo líder de Hong Kong, Leung Chun-ying, ayer domingo.
El manifestante que intentó interrumpir a Hu al inicio de su discurso fue sacado por agentes de seguridad. El hombre, uno de los invitados a la inauguración, ondeó una pequeña bandera y gritó consignas pidiendo a los líderes chinos a condenar la brutal represión del 4 de junio de 1989 en la Plaza de Tiananmen, en Beijing. También hizo un llamado para poner fin al régimen unipartidista en China.
Las razones principales de las protestas son la desigualdad económica y el estancado crecimiento democrático, además de la ostentación de personas acaudaladas de China continental que se apoderan de tiendas minoristas durante viajes de compras a Hong Kong, y el uso del mandarín (que se habla en Beijing) a la ceremonia de juramentación, en lugar del dialecto cantonés que se habla localmente.
El nuevo gobernador prometió atender las necesidades económicas de los hongkoneses, incluyendo el incremento en los precios de vivienda, causada, según muchos, por las compras de departamentos de los acaudalados continentales.
En horas de la tarde, decenas de miles de personas marcharon hacia un nuevo complejo de oficinas del gobierno en medio del calor, golpeando tambores y ondeando banderas del Reino Unido y de la colonia británica en una señal de nostalgia.