La resistencia a las reformas económicas aplicadas en Cuba es ya visible entre los desempleados, jubilados, familias pobres y la burocracia estatal, revela un estudio académico que circula en la isla según informa el diario mexicano La Jornada.
Entre los autores del estudio, Omar Everleny Pérez y Pável Vidal, señalan en el prólogo de "Miradas a la economía cubana: el proceso de actualización" (Editorial Caminos) que esos sectores de la población son los que más se oponen a los cambios porque se consideran perdedores.
El periódico cita a la investigadora Mayra Espina para quien el proceso de cambios tendrá impactos positivos en el empleo y la atención focalizada a sectores vulnerables, pero “aumentará la franja de pobreza” en la isla y es una “reforma incompleta”.
Tanto Pérez como Vidal señalan que la eliminación de subsidios y el aumento de precios pueden impactar más a las familias necesitadas, y que se debe buscar nuevas formas de asignar el gasto social “para evitar un incremento desproporcionado de la pobreza durante el ajuste”.
También dicen que además existe resistencia por parte de la burocracia estatal, que intenta defender su posición a toda costa, lo cual es propicio en el sistema cubano entre otras cosas por “la ausencia de reglas explícitas y la poca transparencia de las decisiones públicas”.
Apuntan además que uno de los principales dilemas es la velocidad del cambio: el gobierno quiere reformas graduales, pero la octogenaria generación histórica no cuenta con el tiempo suficiente para ese ritmo.
Los académicos consideran necesaria, dice el diario, una reforma institucional de gran calado y mayor apertura a la inversión extranjera directa, en principio en la pequeña empresa privada, la agricultura y las futuras cooperativas urbanas.
Según las conclusiones referidas por el periódico, “el gobierno enfrenta el desafío de formar consensos y gestionar las tensiones redistributivas para poder conservar la estabilidad del país sin ceder en los cambios, indispensables para mejorar el nivel de vida de los cubanos, algo imposible de lograr con el modelo actual”.
La Jornada informa que además de Pérez y Vidal, la obra reúne ensayos de Ileana Díaz y Ricardo Torres; Dayma Echeverría y Teresa Lara; Luisa Íñiguez, Armando Nova, Camila Piñeiro y Juan Triana, profesores e investigadores de diversos centros académicos, casi todos de la Universidad de La Habana.
Entre los autores del estudio, Omar Everleny Pérez y Pável Vidal, señalan en el prólogo de "Miradas a la economía cubana: el proceso de actualización" (Editorial Caminos) que esos sectores de la población son los que más se oponen a los cambios porque se consideran perdedores.
El periódico cita a la investigadora Mayra Espina para quien el proceso de cambios tendrá impactos positivos en el empleo y la atención focalizada a sectores vulnerables, pero “aumentará la franja de pobreza” en la isla y es una “reforma incompleta”.
Tanto Pérez como Vidal señalan que la eliminación de subsidios y el aumento de precios pueden impactar más a las familias necesitadas, y que se debe buscar nuevas formas de asignar el gasto social “para evitar un incremento desproporcionado de la pobreza durante el ajuste”.
También dicen que además existe resistencia por parte de la burocracia estatal, que intenta defender su posición a toda costa, lo cual es propicio en el sistema cubano entre otras cosas por “la ausencia de reglas explícitas y la poca transparencia de las decisiones públicas”.
Apuntan además que uno de los principales dilemas es la velocidad del cambio: el gobierno quiere reformas graduales, pero la octogenaria generación histórica no cuenta con el tiempo suficiente para ese ritmo.
Los académicos consideran necesaria, dice el diario, una reforma institucional de gran calado y mayor apertura a la inversión extranjera directa, en principio en la pequeña empresa privada, la agricultura y las futuras cooperativas urbanas.
Según las conclusiones referidas por el periódico, “el gobierno enfrenta el desafío de formar consensos y gestionar las tensiones redistributivas para poder conservar la estabilidad del país sin ceder en los cambios, indispensables para mejorar el nivel de vida de los cubanos, algo imposible de lograr con el modelo actual”.
La Jornada informa que además de Pérez y Vidal, la obra reúne ensayos de Ileana Díaz y Ricardo Torres; Dayma Echeverría y Teresa Lara; Luisa Íñiguez, Armando Nova, Camila Piñeiro y Juan Triana, profesores e investigadores de diversos centros académicos, casi todos de la Universidad de La Habana.