La cadena noticiosa de televisión rusa RT, que cita como fuente a la Oficina Nacional de Estadística e Información de Cuba (ONEI), afirma que fondos de inversión estadounidenses y británicos están comprando títulos de la deuda cubana.
De acuerdo con la ONEI, se trata de títulos que en su mayor parte fueron emitidos en los años 1970 y están denominados en yenes japoneses, dólares canadienses, francos suizos y marcos alemanes, una moneda incluso ya desaparecida.
En adición, están incluidos bonos en dólares estadounidenses por valor de $52 millones que datan de antes de 1959, dice la fuente.
La pasada semana, un articulo de la periodista Michelle Caruso-Cabrera, de CNBC, explica que debido a la política de embargo estadounidense hacia Cuba, los inversionistas estadounidenses tienen prohibido poseer deuda cubana.
Los gerentes de fondos de cobertura de mercado de frontera en Estados Unidos alegan que la deuda cubana serviría mejor a los intereses de política exterior de Estados Unidos porque daría a los estadounidenses un puesto en alguna futura mesa de negociación, indica Caruso-Cabrera.
En el artículo de la página digital de CNBC se recuerda los casos donde un cambio de régimen ayuda al mercado de bonos y citan los casos de Irak, donde, de 10 centavos durante el régimen de Hussein, subieron a 32 centavos tras la promulgación del nuevo gobierno. En el caso de Liberia, en África, la llegada al poder de Ellen Sirleaf, ex economista del Banco Mundial y primera mujer presidenta en el continente, de 3 centavos subió a 21 centavos. Tras el fin del embargo a Vietnam por parte de Estados Unidos en 1993, la deuda del país asiático se aprecio en 500 % en cinco años. Algo similar pasó en Yugoslavia con la caída del régimen de Slobodan Milosevic.
Expertos indican que el interés por estos bonos está dado por la alta rentabilidad que podrían generar (hasta 500 por ciento) en caso de que en la isla ocurriesen cambios drásticos de tipo político o económico.
Claudio Loser, presidente del Centennial Group Latin America (CGLA), una firma internacional de consultores, dijo a RT que en tal caso los bonos podrían apreciarse de 6 o 10 centavos hasta 40 o 50, lo que implicaría ganancias multiplicadas por cinco.
Se infiere que el interés de los inversionistas en la deuda cubana se deriva de las recientes reformas económicas en la isla que el gobierno denomina “actualización” o con la expectativa de cambios políticos, algo que el propio gobernante Raúl Castro ha desmentido de manera tajante.
Otra razón, dice RT, es que algunos esperan que la deuda cubana se revalorice si el presidente de EE.UU., Barack Obama, es reelecto en los comicios del mes próximo y levanta el embargo económico al gobierno de la isla.
Las leyes actuales estadounidenses, recuerda el artículo de CNBC, exigen que antes de levantar el embargo contra Cuba, la isla debe llegar a algún acuerdo con empresas estadounidenses cuyos negocios fueron nacionalizados por Fidel Castro en 1960. Además, Cuba debe saldar sus deudas con el Club de París y el de Londres.
De acuerdo con la ONEI, se trata de títulos que en su mayor parte fueron emitidos en los años 1970 y están denominados en yenes japoneses, dólares canadienses, francos suizos y marcos alemanes, una moneda incluso ya desaparecida.
En adición, están incluidos bonos en dólares estadounidenses por valor de $52 millones que datan de antes de 1959, dice la fuente.
La pasada semana, un articulo de la periodista Michelle Caruso-Cabrera, de CNBC, explica que debido a la política de embargo estadounidense hacia Cuba, los inversionistas estadounidenses tienen prohibido poseer deuda cubana.
Los gerentes de fondos de cobertura de mercado de frontera en Estados Unidos alegan que la deuda cubana serviría mejor a los intereses de política exterior de Estados Unidos porque daría a los estadounidenses un puesto en alguna futura mesa de negociación, indica Caruso-Cabrera.
En el artículo de la página digital de CNBC se recuerda los casos donde un cambio de régimen ayuda al mercado de bonos y citan los casos de Irak, donde, de 10 centavos durante el régimen de Hussein, subieron a 32 centavos tras la promulgación del nuevo gobierno. En el caso de Liberia, en África, la llegada al poder de Ellen Sirleaf, ex economista del Banco Mundial y primera mujer presidenta en el continente, de 3 centavos subió a 21 centavos. Tras el fin del embargo a Vietnam por parte de Estados Unidos en 1993, la deuda del país asiático se aprecio en 500 % en cinco años. Algo similar pasó en Yugoslavia con la caída del régimen de Slobodan Milosevic.
Expertos indican que el interés por estos bonos está dado por la alta rentabilidad que podrían generar (hasta 500 por ciento) en caso de que en la isla ocurriesen cambios drásticos de tipo político o económico.
Claudio Loser, presidente del Centennial Group Latin America (CGLA), una firma internacional de consultores, dijo a RT que en tal caso los bonos podrían apreciarse de 6 o 10 centavos hasta 40 o 50, lo que implicaría ganancias multiplicadas por cinco.
Se infiere que el interés de los inversionistas en la deuda cubana se deriva de las recientes reformas económicas en la isla que el gobierno denomina “actualización” o con la expectativa de cambios políticos, algo que el propio gobernante Raúl Castro ha desmentido de manera tajante.
Otra razón, dice RT, es que algunos esperan que la deuda cubana se revalorice si el presidente de EE.UU., Barack Obama, es reelecto en los comicios del mes próximo y levanta el embargo económico al gobierno de la isla.
Las leyes actuales estadounidenses, recuerda el artículo de CNBC, exigen que antes de levantar el embargo contra Cuba, la isla debe llegar a algún acuerdo con empresas estadounidenses cuyos negocios fueron nacionalizados por Fidel Castro en 1960. Además, Cuba debe saldar sus deudas con el Club de París y el de Londres.