Los cuentapropistas cubanos todavía no tienen claro qué hay detrás de Cuentas Claras . La razón de este recelo es obvia. No es fácil confiar las cuentas privadas a un sistema que se ha caracterizado durante más de medio siglo por la falta de transparencia en sus cuentas públicas.
Cuentas Claras es el pintoresco nombre comercial del sistema informático, desarrollado por la Empresa de Tecnologías de la Información y Servicios Telemáticos Avanzados (CITMATEL) para los trabajadores por cuenta propia.
El semanario cubano Trabajadores publicó en días pasados un reportaje de promoción explicando que, dentro de las facilidades que Cuentas Claras ofrece a los cuentapropistas figuran el registro de datos personales, el cálculo de impuestos, así como almacenar datos de gastos diarios y tributos pendientes de liquidación.
Alicia, una emprendedora cuentapropista que vive en el reparto habanero de El Vedado, donde alquila varias habitaciones de su vivienda -y que prefirió que sólo la identificaran por su nombre- dijo a martínoticias que las facilidades de Cuentas Claras, no la convencen. “No se de qué me está hablando, pero eso de entregar a una computadora toda la información de mi negocio, no me gusta”, afirmó.
Martha Blanco, directora de Ventas de CITMATEL aseguró a Trabajadores que se trata de una herramienta muy útil para “evitar sacar cálculos a mano”, y se opera al introducir los datos en el sistema y usar las aplicaciones para generar los reportes.
Cuentas Claras se puede adquirir por el momento en 10 librerías de La Habana por un valor de 250 pesos, pero sus promotores afirman que ya se encuentra en comunicación con otras instituciones para extender la venta del CD al resto del país.
El programa que ahora promueve la empresa cubana parece ser muy similar a otros muy en boga, que funcionan desde hace años en Estados Unidos y otros países de Europa, donde es habitual el pago de impuestos personales y de negocios.
Blanco asegura que “el grupo de desarrollo de la empresa, compuesto por especialistas de varias disciplinas, elaboró el sistema informático”.
“En total estuvimos tres meses desarrollándolo”, manifestó Blanco.
Coincidencias aparte, lo cierto es que un programa que requiere el uso de computadoras personales, no parece que esté al alcance de un modesto cuentapropista, en una sociedad donde apenas hay 64 computadoras personales por cada 1,000 habitantes, según los datos del la Oficina Nacional de Estadísticas de Cuba, que en su edición de 2011, explica que en todo el país hay 724,000 computadoras para una población de poco más de 11 millones de habitantes.
Según Emilsis Wellesley, directora comercial de CITMATEL, el sistema constituye una vía para la preparación, pues “es muy complicado para un nuevo trabajador de este tipo llevar diariamente sus ingresos y gastos. Este producto incluye una ayuda en línea que sirve para guiar a la persona en el uso del sistema y capacitarla en el tema de cálculos de impuestos personales. Hasta el momento el recibimiento ha sido muy bueno por parte de los que lo han adquirido”.
Por lo pronto, Yunisleydis, una flamante cuentapropista que elabora y vende helados en el portal de su casa en Santiago de Cuba, prefiere pagarle “a un económico” que le ayude con sus impuestos. “Yo no tengo computadora, ni conozco ese Cuentas Claras, y casi nunca alcanzo por aquí a comprar un Trabajadores”, dijo a martínoticias.
Cuentas Claras es el pintoresco nombre comercial del sistema informático, desarrollado por la Empresa de Tecnologías de la Información y Servicios Telemáticos Avanzados (CITMATEL) para los trabajadores por cuenta propia.
El semanario cubano Trabajadores publicó en días pasados un reportaje de promoción explicando que, dentro de las facilidades que Cuentas Claras ofrece a los cuentapropistas figuran el registro de datos personales, el cálculo de impuestos, así como almacenar datos de gastos diarios y tributos pendientes de liquidación.
Alicia, una emprendedora cuentapropista que vive en el reparto habanero de El Vedado, donde alquila varias habitaciones de su vivienda -y que prefirió que sólo la identificaran por su nombre- dijo a martínoticias que las facilidades de Cuentas Claras, no la convencen. “No se de qué me está hablando, pero eso de entregar a una computadora toda la información de mi negocio, no me gusta”, afirmó.
Martha Blanco, directora de Ventas de CITMATEL aseguró a Trabajadores que se trata de una herramienta muy útil para “evitar sacar cálculos a mano”, y se opera al introducir los datos en el sistema y usar las aplicaciones para generar los reportes.
Cuentas Claras se puede adquirir por el momento en 10 librerías de La Habana por un valor de 250 pesos, pero sus promotores afirman que ya se encuentra en comunicación con otras instituciones para extender la venta del CD al resto del país.
El programa que ahora promueve la empresa cubana parece ser muy similar a otros muy en boga, que funcionan desde hace años en Estados Unidos y otros países de Europa, donde es habitual el pago de impuestos personales y de negocios.
Blanco asegura que “el grupo de desarrollo de la empresa, compuesto por especialistas de varias disciplinas, elaboró el sistema informático”.
“En total estuvimos tres meses desarrollándolo”, manifestó Blanco.
Coincidencias aparte, lo cierto es que un programa que requiere el uso de computadoras personales, no parece que esté al alcance de un modesto cuentapropista, en una sociedad donde apenas hay 64 computadoras personales por cada 1,000 habitantes, según los datos del la Oficina Nacional de Estadísticas de Cuba, que en su edición de 2011, explica que en todo el país hay 724,000 computadoras para una población de poco más de 11 millones de habitantes.
Según Emilsis Wellesley, directora comercial de CITMATEL, el sistema constituye una vía para la preparación, pues “es muy complicado para un nuevo trabajador de este tipo llevar diariamente sus ingresos y gastos. Este producto incluye una ayuda en línea que sirve para guiar a la persona en el uso del sistema y capacitarla en el tema de cálculos de impuestos personales. Hasta el momento el recibimiento ha sido muy bueno por parte de los que lo han adquirido”.
Por lo pronto, Yunisleydis, una flamante cuentapropista que elabora y vende helados en el portal de su casa en Santiago de Cuba, prefiere pagarle “a un económico” que le ayude con sus impuestos. “Yo no tengo computadora, ni conozco ese Cuentas Claras, y casi nunca alcanzo por aquí a comprar un Trabajadores”, dijo a martínoticias.