La sociedad civil cubana publicó este lunes la edición número 18 de la revista alternativa Voces.
La publicación se anuncia como una ventana para mirar dentro y fuera de Cuba, sosteniendo una visión transgresora del devenir de los acontecimientos.
Entrevistado por el periodista Paul Rodríguez, el escritor Reinaldo Escobar invitó a todos los cubanos de dentro y fuera de la isla a que se asomen al presente número de la publicación que va desde los temas políticos y sociales hasta los literarios y culturales en general.
Entre los escritos que destacan en el número 18 de Voces se encuentran Punk, de Ihoeldis Michael Rodríguez, Armar la utopía, de Aleaga Pesant, y Memorias de 100A, de Andy P. Villa.
En Memorias de 100A se lee: “Me dijeron que a partir de ese momento dejaba de ser llamado por mi nombre para convertirme en ese número, que debía aprendérmelo y cuidar muy bienel cartoncito, ya que era equivalente a un «carnet de identidad».
Un oficial me ordenó que caminara delante de él yme fue conduciendo por una serie de pasillos y escaleras que continuamente estaban interrumpidos por imponentes rejas de gruesos barrotes, cerradas con candados y custodiadas por guardias”.
La publicación se anuncia como una ventana para mirar dentro y fuera de Cuba, sosteniendo una visión transgresora del devenir de los acontecimientos.
Entrevistado por el periodista Paul Rodríguez, el escritor Reinaldo Escobar invitó a todos los cubanos de dentro y fuera de la isla a que se asomen al presente número de la publicación que va desde los temas políticos y sociales hasta los literarios y culturales en general.
Entre los escritos que destacan en el número 18 de Voces se encuentran Punk, de Ihoeldis Michael Rodríguez, Armar la utopía, de Aleaga Pesant, y Memorias de 100A, de Andy P. Villa.
En Memorias de 100A se lee: “Me dijeron que a partir de ese momento dejaba de ser llamado por mi nombre para convertirme en ese número, que debía aprendérmelo y cuidar muy bienel cartoncito, ya que era equivalente a un «carnet de identidad».
Un oficial me ordenó que caminara delante de él yme fue conduciendo por una serie de pasillos y escaleras que continuamente estaban interrumpidos por imponentes rejas de gruesos barrotes, cerradas con candados y custodiadas por guardias”.