El grave problema social de la vivienda en Cuba, donde casi un 40 % de las casas sufre deterioro y al menos un millón padeció destrozos por recientes huracanes, podría tener solución con una explotación local y extensiva de minerales, según un reciente estudio geológico , informa la agencia EFE.
Alrededor del 70 % de la superficie cubana está formada por rocas y minerales útiles para producir materiales como tejas, ladrillos y cemento, concluyó una reciente investigación del Instituto de Geología y Paleontología (IGP) divulgada esta semana en la isla. El jefe del estudio, Rolando Batista, explicó que la comisión de Industria y Construcción de la Asamblea Nacional pidió al IGP determinar "qué podía aportar la geología ante las necesidades constructivas de la población", tras el duro golpe que tres ciclones dieron al país en 2008.
En la última década Cuba sufrió el impacto de huracanes como "Iván" (2004); "Dennis" (2005); el triple estrago de "Ike", "Gustav" y la tormenta "Paloma" (2008); y el paso de "Sandy" el año pasado. Datos oficiales estiman que sólo a causa de fenómenos meteorológicos como esos más de un millón de viviendas fueron
afectadas o derruidas, en un país donde en 2012 se censaron casi 4 millones de viviendas y unos 11 millones de habitantes.
"Sandy", por ejemplo, provocó en octubre pasado más de 22.300 derrumbes totales en el este de la isla, pero hasta el momento sólo un 8 % de esos casos ha sido solucionado. De huracanes anteriores, el Instituto Nacional de la Vivienda
estima en 40.000 los casos pendientes por derrumbes.
Para paliar la grave situación, el Gobierno de Raúl Castro eliminó prohibiciones que afectaron al sector por décadas: autorizó la compraventa de casa entre particulares; flexibilizó los arrendamientos, y estableció un plan de créditos y subsidios para
reparar y construir. También se determinó la entrega a la población de locales
estatales en desuso y de terrenos, pero el Instituto Nacional de la Vivienda ha advertido de que es un proceso "gradual" pues requiere inversiones para habilitar redes que hagan habitables los espacios y no contravengan las normas de urbanización.
En 2010, el Gobierno dio un paso fundamental al liberar la venta de materiales y abrir la concesión de licencias de construcción "por esfuerzo propio", un permiso que antes sólo entregaba a casos "seleccionados" y "aprobados". Sin embargo, los cubanos se quejan ahora del desabastecimiento de materiales en los locales de venta y de su mala distribución, aunque las autoridades del sector de la construcción indican que están cumpliendo sus planes y hasta planean incrementarlos.
"La demanda está muy por encima de nuestras capacidades productivas", afirmó a la televisión estatal un directivo de la industria de materiales de construcción. Ante ese panorama, el estudio del IGP analizó el "sustrato geológico" en todos los municipios del país y determinó que todas las regiones tienen "similar distribución de fácil extracción y utilización", según publicó el periódico "Juventud Rebelde".
Se trata fundamentalmente de piedra caliza y arcilla, explicó el especialista Rolando Batista, quien destacó que esos materiales no son "agresivos" al medio ambiente y pueden ser gestionados mediante "pequeños molinos o tamizadoras". La investigación considera que esas fuentes se pueden explotar a nivel comunitario y los datos serán muy valiosos para los gobiernos locales de la isla, donde el 75,6 % de la población es urbana.
En La Habana viven 2 millones de personas y se necesitan unas 28.000 viviendas para resolver los problemas de albergados y habitantes en edificaciones en mal estado. Al noreste de esta ciudad, la localidad de Guanabacoa tiene de acuerdo con Batista suficientes recursos de piedras o arcillas para toda su área y para exportar y cubrir buena parte de las necesidades de la capital.
Entre las ventajas, se incluirían ahorros por importar y transportar materiales desde otras regiones, recortes en la duración de las obras, nuevas fuentes de empleo y, en general, la simplificación del sistema actual. Aunque aún no hay detalles sobre cómo los gobiernos locales harían funcionar esos yacimientos, sí se informó de que a partir de este mes se aplicará un primer proyecto en la provincia occidental
de Artemisa, una especie de "laboratorio" en la que la administración de Raúl Castro ensaya un nuevo modelo de gestión administrativa y económica.
Posteriormente se prevé que el proyecto se extienda al resto de Cuba, donde se deben construir entre 60.000 y 70.000 viviendas anuales para disminuir el déficit pero solo se están levantando 16.000 a cargo del Estado y unas 10.000 por particulares.
Alrededor del 70 % de la superficie cubana está formada por rocas y minerales útiles para producir materiales como tejas, ladrillos y cemento, concluyó una reciente investigación del Instituto de Geología y Paleontología (IGP) divulgada esta semana en la isla. El jefe del estudio, Rolando Batista, explicó que la comisión de Industria y Construcción de la Asamblea Nacional pidió al IGP determinar "qué podía aportar la geología ante las necesidades constructivas de la población", tras el duro golpe que tres ciclones dieron al país en 2008.
En la última década Cuba sufrió el impacto de huracanes como "Iván" (2004); "Dennis" (2005); el triple estrago de "Ike", "Gustav" y la tormenta "Paloma" (2008); y el paso de "Sandy" el año pasado. Datos oficiales estiman que sólo a causa de fenómenos meteorológicos como esos más de un millón de viviendas fueron
afectadas o derruidas, en un país donde en 2012 se censaron casi 4 millones de viviendas y unos 11 millones de habitantes.
"Sandy", por ejemplo, provocó en octubre pasado más de 22.300 derrumbes totales en el este de la isla, pero hasta el momento sólo un 8 % de esos casos ha sido solucionado. De huracanes anteriores, el Instituto Nacional de la Vivienda
estima en 40.000 los casos pendientes por derrumbes.
Para paliar la grave situación, el Gobierno de Raúl Castro eliminó prohibiciones que afectaron al sector por décadas: autorizó la compraventa de casa entre particulares; flexibilizó los arrendamientos, y estableció un plan de créditos y subsidios para
reparar y construir. También se determinó la entrega a la población de locales
estatales en desuso y de terrenos, pero el Instituto Nacional de la Vivienda ha advertido de que es un proceso "gradual" pues requiere inversiones para habilitar redes que hagan habitables los espacios y no contravengan las normas de urbanización.
En 2010, el Gobierno dio un paso fundamental al liberar la venta de materiales y abrir la concesión de licencias de construcción "por esfuerzo propio", un permiso que antes sólo entregaba a casos "seleccionados" y "aprobados". Sin embargo, los cubanos se quejan ahora del desabastecimiento de materiales en los locales de venta y de su mala distribución, aunque las autoridades del sector de la construcción indican que están cumpliendo sus planes y hasta planean incrementarlos.
"La demanda está muy por encima de nuestras capacidades productivas", afirmó a la televisión estatal un directivo de la industria de materiales de construcción. Ante ese panorama, el estudio del IGP analizó el "sustrato geológico" en todos los municipios del país y determinó que todas las regiones tienen "similar distribución de fácil extracción y utilización", según publicó el periódico "Juventud Rebelde".
Se trata fundamentalmente de piedra caliza y arcilla, explicó el especialista Rolando Batista, quien destacó que esos materiales no son "agresivos" al medio ambiente y pueden ser gestionados mediante "pequeños molinos o tamizadoras". La investigación considera que esas fuentes se pueden explotar a nivel comunitario y los datos serán muy valiosos para los gobiernos locales de la isla, donde el 75,6 % de la población es urbana.
En La Habana viven 2 millones de personas y se necesitan unas 28.000 viviendas para resolver los problemas de albergados y habitantes en edificaciones en mal estado. Al noreste de esta ciudad, la localidad de Guanabacoa tiene de acuerdo con Batista suficientes recursos de piedras o arcillas para toda su área y para exportar y cubrir buena parte de las necesidades de la capital.
Entre las ventajas, se incluirían ahorros por importar y transportar materiales desde otras regiones, recortes en la duración de las obras, nuevas fuentes de empleo y, en general, la simplificación del sistema actual. Aunque aún no hay detalles sobre cómo los gobiernos locales harían funcionar esos yacimientos, sí se informó de que a partir de este mes se aplicará un primer proyecto en la provincia occidental
de Artemisa, una especie de "laboratorio" en la que la administración de Raúl Castro ensaya un nuevo modelo de gestión administrativa y económica.
Posteriormente se prevé que el proyecto se extienda al resto de Cuba, donde se deben construir entre 60.000 y 70.000 viviendas anuales para disminuir el déficit pero solo se están levantando 16.000 a cargo del Estado y unas 10.000 por particulares.