Un puñado de cubanitos, todos nacidos en 1999 --el año de la histórica visita de Orioles de Baltimore a La Habana--, conquistaron este domingo en Mazatlán, México, la Copa Mundial de Béisbol para menores de 15 años, 6 carreras por 3 en cerrado duelo contra Estados Unidos.
El programa final resultó una sorpresa, pues los norteamericanos habían transitado invictos las etapas clasificatorias (9-0) en tanto Cuba concluía con 7-2 el propio tramo. Los antillanos derrotaron en los primeros duelos a Argentina, Venezuela y Australia con idénticos marcadores de 12 anotaciones por dos.
A continuación Cuba arrolló a dos convidados de piedra, Lituania (30-0) y Hong Kong (21-0), antes de sufrir su primer revés, 2-10 ante EE. UU.; a seguidas, los muchachos que habían viajado desde La Habana le ganaron 3-2 a Taipei de China, perdieron 2-5 a los pies del anfitrión equipo de México y aventajaron 2-1 a Panamá.
Pero el calendario del torneo señalaba un partido adicional por el oro entre los dos equipos mejor ubicados, y así fue como al elenco de las barras y las estrellas se les escapó, de golpe y porrazo, tanto su condición de invicto como el trono de la competencia. Adrián Morejón, un pitcher zurdo, trabajó las nueve entradas del partido final (toleró siete hits, tres carreras limpias y ponchó a 12 estadounidenses) con lo cual se adueñó de la placa MVP (jugador más valioso).
Cuba armó para esta justa una selección de considerable estatura, incluido el inicialista zurdo Ernesto Martínez, de 195 centímetros de talla y 91 kilogramos de peso. Ni siquiera sus rivales norteamericanos alinearon a un jugador tan espigado.
Sin embargo Estados Unidos lideró la ofensiva en el calendario clasificatorio con .353 (Cuba, .328) y el pitcheo, 1,62 de efectividad (Japón 1,91; Cuba 1,96), en tanto los nuevos monarcas gozaron de la mejor defensiva.
Horas antes de la clausura, en el choque por la medalla de bronce, Venezuela noqueó a Taipei de China, 13-3, en la lid que reunió a 18 equipos.
El triunfo de los cubanitos en la lid juvenil habrá concedido un poco de alivio a los fanáticos en la Isla, hastiados de los tropezones de la selección nacional de mayores. La saga más reciente, hace unos días en un torneo por invitación en Colombia, significó el revés del equipo dirigido por Víctor Mesa ante unos colombianos desconocidos en algunos casos, y descartados en sus intentos de llegar a las Grandes Ligas el resto.
