No podía esperar menos de esta empresa familiar que algunos descocados le otorgan el infame título de Monarquía Caribeña.
Por fin, la prensa y las redes sociales advierten la arrogante torpeza de Raúl Guillermo Rodríguez Castro, el "nieto-escolta" del Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de la República de Cuba, general de ejército Raúl Castro, durante su recién concluida visita oficial a Francia.
No le bastó protagonizar el ridículo de París.
Al aterrizar en La Habana, fue el primero en descender, a bocajarro, por la escalerilla del avión que transportaba a la delegación a Cuba. Y es que este insolente muchacho de cabello rubio y dinámico andar, parece estar entrenando para un día ser al concepto de "la tontería", lo que Mark Zuckerberg a Facebook.
Algunos dicen que Raúl Guillermo Rodríguez Castro, a quien también se le conoce como "El Cangrejo", "Nieto en Jefe", "Raulito", e incluso como "Arnol-mal" (apodo irónico que asocia la musculatura del exfisiculturista, actor y político Arnold Schwarzenegger con una medio deformación de la palabra anormal), cuenta entre los herederos de la corona cubana.
Y creo que sí, pero una corona sin cetro es simplemente una Pamela.
Insuficiente y peligroso, pésima combinación para quien acostumbra a confundir, mérito y disparate; Raulito puede influir para que expulsen de Cuba a cualquier empresario extranjero ("Nieto de Raúl Castro expulsa de Cuba a inversionista español") puede hacer y deshacer sin que nada le suceda.
Pero existe una enorme diferencia entre los que tienen el verdadero poder y aquellos que, como él, sólo cuentan con el poder de tener fácil acceso a los que tienen el poder. Y que conste, no es un trabalenguas.
Hace algún tiempo escribí un pequeño perfil titulado "El nieto racista de Raúl Castro". A raíz del show parisino del nieto, y como conozco bien el paño de esa familia, algunas personas me han preguntado qué sucederá en La Habana después de este papelazo. Pues nada.
La visita de Raúl Castro al país galo, durante la cual fueron signados una decena de convenios y donde al mandatario cubano le dispensaron los más altos honores por su contraparte francés, responde a la que François Hollande realizara a la isla en mayo de 2015.
Es bueno enfatizar que a la cúpula gubernamental cubana le interesa, y necesita, brindar un trato privilegiado a Francia por la inminente disposición de reestructurar la deuda de Cuba. Y, más que explorar nuevos negocios, intenta dejar claro que los países europeos exigentes con el tema de las libertades individuales y los Derechos Humanos en Cuba tendrán menos oportunidades que Francia en el nuevo rol de la "isla empresarial".
Por ello, apuesto a que si de alguna manera la sátira de la prensa gala y su eco en las redes sociales afectaron las, incluso sanguíneas, por el Guillois de Vilma, relaciones de la familia Castro Espín con Francia, ya la Cancillería francesa envió una nota verbal (comunicación diplomática que aunque diga verbal es escrita) al Ministerio cubano de Relaciones Exteriores intentando minimizar el asunto.
Aunque algunos versados en el tema cubano persisten en colocar como futuros sucesores del trono al clan Castro Espín, está probado, con Raúl Guillermo a la vanguardia, que son una manada de individuos mal educados, soberbios y tan escasos de materia gris que desconocen hasta los más elementales principios que rigen las normas de la diplomacia, sus protocolos y modales de conducta.