Un abogado de Vancouver invirtió $100.000 en inmortalizar con una estatua al toro canadiense Rosafé Signet, un semental que fue utilizado por Fidel Castro en los experimentos genéticos que arruinaron la ganadería de Cuba.
Carey Linde develó el miércoles la estatua de bronce del toro Holstein que, según él, es el "padre" del ganado vacuno de la isla, del cual desciende la vaca Ubre Blanca, que fue condecorada por Fidel Castro y ya tenía su propia estatua en la isla.
El semen de Rosafé fue utilizado por el gobernante Fidel Castro para inseminar vacas cebú, una raza resistente al clima cubano, a fin de lograr un híbrido de mayor rendimiento lechero. Salvo excepciones como Ubre Blanca, el resultado fue desastroso y los rebaños empezaron a mermar.
Al triunfar Castro en 1959, la población cubana se acercaba a los 6.2 millones de habitantes, mientras que la ganadería vacuna contaba con 5.2 millones de reses. Tras los experimentos del Comandante, cayeron a poco más de 2 millones y hoy, con más de 11 millones de habitantes, aún no se ha llegado a la cifra de 1959. Según apunta la Oficina Nacional de Estadísticas en su Panorama Económico y Social Cuba 2014, hasta el año pasado había 4.134.200 de cabezas.
La información sobre la estatua de Rosafé en el sitio globalnews.ca es acompañada por un video en el que el abogado Linde aparece a horcajadas sobre la escultura. Luego, aparece resaltando la independencia que mostró el primer ministro John Diefenbaker cuando, a excepción de Canadá y México, todos los países del hemisferio aislaron a Cuba por abrazar el comunismo y exportar la revolución.
Al pie de la estatua de Rosafé, que todavía no cuenta con un lugar permanente, hay una tarja que dice que "el gran campeón Holstein que Canadá vendió a Cuba en 1961 se considera un símbolo de la duradera amistad entre Cuba y Canadá", así como de la política exterior canadiense y "del compromiso de la revolución cubana para garantizar las necesidades básicas de los niños cubanos".
Los niños cubanos reciben leche de vaca hasta los 7 años de edad, y aunque el gobernante Raúl Castro prometió en 2007, un año después de heredar el poder de su hermano Fidel, "producir leche para que se la tome todo el que quiera tomarse un vaso de leche", el cumplimiento de la promesa parece cada vez más lejano: Según el mismo informe de la ONE, en 2014 se produjeron 571 millones de litros, 900 mil menos que en 2013.