A pesar de una base económica marchita, algunas exportaciones de poco valor y una burocracia estatal represiva, Cuba y el régimen de Castro tienen una presencia internacional de gran tamaño, señala la página digital www.nationalinterest.org.
Recientemente, La Habana parecía ser el agente diplomático internacional para las solicitudes de asilo del ex analista de inteligencia de EE.UU. Edward Snowden en varios países de América Latina con un historial de malas relaciones y sin tratados de extradición con los Estados Unidos, indica el artículo.
Según este reportaje, escrito por William Rosenau y Ralph Espach, el servicio de inteligencia cubano es considerado por muchos como uno de los mejores del mundo -un logro significativo, teniendo en cuenta los escasos recursos financieros y tecnológicos de la isla.
A principios de este año, el gobernante cubano Raúl Castro anunció su intención de dimitir en el año 2018, lo que sería considerado como la transición política más importante en Cuba desde el triunfo de la revolución en 1959, indica el portal digital.
Tras señalar que el gobierno cubano también está promoviendo reformas económicas destinadas a estimular el crecimiento y atraer más inversión extranjera, menciona que abundan los rumores de que La Habana y Washington están discutiendo en voz baja un camino hacia el levantamiento del embargo comercial de EE.UU. y se pregunta: ¿Qué significaría esa liberalización para los servicios de inteligencia cubanos?
Según el artículo, durante la década de 1980, la inteligencia cubana tuvo una importante presencia en El Salvador y Guatemala, donde los gobiernos apoyados por Estados Unidos luchaban contra insurgentes, y la presencia de los agentes cubanos en Europa occidental también fue sustancial. Informa que Cuba tenía 150 agentes de inteligencia en España. Además de espiar a las fuerzas militares de la OTAN, la inteligencia castrista fue responsable de la adquisición de la tecnología estadounidense que se le negó a La Habana por el embargo de EE.UU.
La fusión del espionaje cubano-soviético también se hizo evidente con la instalación masiva de equipos electrónicos en Lourdes, cerca de La Habana. La construcción comenzó en el verano antes de la crisis de los misiles de Cuba en 1962. En el punto máximo de las operaciones, unos 1.500 efectivos soviéticos trabajaron allí. Las autoridades cubanas interceptaron llamadas telefónicas, datos informáticos, y otras comunicaciones estadounidenses a lo largo de las décadas de 1960 y 1990, indica el artículo.
La nota menciona también el activo papel que han jugado los cuerpos de inteligencia cubanos en Venezuela. Los agentes cubanos se encuentran en territorio venezolano con la intención de reestructurar y capacitar a la Agencia Bolivariana de Inteligencia con los métodos cubanos, en especial la penetración, control y explotación de los grupos políticos de la oposición.
Los medios venezolanos también han llamado la atención sobre el contrato del gobierno de Nicolás Maduro con una empresa estatal cubana para administrar la base de datos de sus habitantes y sus viajes al exterior del país, y para producir tarjetas de identificación nacionales que incluirán información biométrica. Según informes de prensa, Argentina y Bolivia también han invitado a los servicios de Cuba para ayudar a crear nuevas bases de datos nacionales y tarjetas de identificación.
Una Cuba post-Castro ya no podría contar con el compromiso ideológico para motivar a sus agentes de inteligencia. El Gobierno tendría que ofrecer grandes cantidades de dinero y otros beneficios, un enfoque utilizado con gran éxito por los servicios de espionaje en el mundo, señalan William Rosenau y Ralph Espach, experimentados analistas (senior analysts) en el Centro de la CNA de Estudios Estratégicos en Alexandria, Virginia.
Recientemente, La Habana parecía ser el agente diplomático internacional para las solicitudes de asilo del ex analista de inteligencia de EE.UU. Edward Snowden en varios países de América Latina con un historial de malas relaciones y sin tratados de extradición con los Estados Unidos, indica el artículo.
Según este reportaje, escrito por William Rosenau y Ralph Espach, el servicio de inteligencia cubano es considerado por muchos como uno de los mejores del mundo -un logro significativo, teniendo en cuenta los escasos recursos financieros y tecnológicos de la isla.
A principios de este año, el gobernante cubano Raúl Castro anunció su intención de dimitir en el año 2018, lo que sería considerado como la transición política más importante en Cuba desde el triunfo de la revolución en 1959, indica el portal digital.
Tras señalar que el gobierno cubano también está promoviendo reformas económicas destinadas a estimular el crecimiento y atraer más inversión extranjera, menciona que abundan los rumores de que La Habana y Washington están discutiendo en voz baja un camino hacia el levantamiento del embargo comercial de EE.UU. y se pregunta: ¿Qué significaría esa liberalización para los servicios de inteligencia cubanos?
Según el artículo, durante la década de 1980, la inteligencia cubana tuvo una importante presencia en El Salvador y Guatemala, donde los gobiernos apoyados por Estados Unidos luchaban contra insurgentes, y la presencia de los agentes cubanos en Europa occidental también fue sustancial. Informa que Cuba tenía 150 agentes de inteligencia en España. Además de espiar a las fuerzas militares de la OTAN, la inteligencia castrista fue responsable de la adquisición de la tecnología estadounidense que se le negó a La Habana por el embargo de EE.UU.
La fusión del espionaje cubano-soviético también se hizo evidente con la instalación masiva de equipos electrónicos en Lourdes, cerca de La Habana. La construcción comenzó en el verano antes de la crisis de los misiles de Cuba en 1962. En el punto máximo de las operaciones, unos 1.500 efectivos soviéticos trabajaron allí. Las autoridades cubanas interceptaron llamadas telefónicas, datos informáticos, y otras comunicaciones estadounidenses a lo largo de las décadas de 1960 y 1990, indica el artículo.
La nota menciona también el activo papel que han jugado los cuerpos de inteligencia cubanos en Venezuela. Los agentes cubanos se encuentran en territorio venezolano con la intención de reestructurar y capacitar a la Agencia Bolivariana de Inteligencia con los métodos cubanos, en especial la penetración, control y explotación de los grupos políticos de la oposición.
Los medios venezolanos también han llamado la atención sobre el contrato del gobierno de Nicolás Maduro con una empresa estatal cubana para administrar la base de datos de sus habitantes y sus viajes al exterior del país, y para producir tarjetas de identificación nacionales que incluirán información biométrica. Según informes de prensa, Argentina y Bolivia también han invitado a los servicios de Cuba para ayudar a crear nuevas bases de datos nacionales y tarjetas de identificación.
Una Cuba post-Castro ya no podría contar con el compromiso ideológico para motivar a sus agentes de inteligencia. El Gobierno tendría que ofrecer grandes cantidades de dinero y otros beneficios, un enfoque utilizado con gran éxito por los servicios de espionaje en el mundo, señalan William Rosenau y Ralph Espach, experimentados analistas (senior analysts) en el Centro de la CNA de Estudios Estratégicos en Alexandria, Virginia.