El diario The Washington Post titula uno de sus editoriales del lunes “Cuba no debe ser premiada por negarle libertad a su pueblo”, en referencia a un posible levantamiento en las actuales circunstancias del embargo económico y comercial contra el Gobierno de la isla.
El Post toma nota de una reciente columna de Fidel Castro sobre un reciente editorial de The New York Times que llama a levantar el embargo ahora. Castro elogia la pieza pero califica de "acusación calumniosa y gratuita" la afirmación del diario de que "La Habana no ha explicado la sospechosa muerte del activista político Oswaldo Payá".
El matutino washingtoniano se pregunta por qué entonces Cuba no ha hecho nada para despejar la niebla de las sospechas que todavía flota sobre las muertes de Payá y Harold Cepero.
Señala que el político español Ángel Carromero ─uno de los protagonistas del suceso ocurrido en julio del 2012 en una carretera cerca de Bayamo─ ha presentado nuevas fotos del auto que las autoridades cubanas presentaron como accidentado por manejar Carromero a alta velocidad, que no coinciden con las publicadas por el gobierno ni parecen congruentes con esa versión.
Pero a pesar de los llamados a realizar una investigación imparcial, incluido uno de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, hasta ahora todo lo que ha hecho La Habana es un burdo intento por negar y encubrir el asunto.
El Post señala que el embargo de Estados Unidos se ha relajado considerablemente en los últimos años para permitir exportaciones de alimentos y medicinas valoradas en cientos de millones de dólares, además de los bienes de consumo suministrados a los cubanos por sus familiares en EEUU.
La pregunta que se hace la publicación es si La Habana merece un mayor relajamiento de las sanciones, y recuerda que la persecución de los disidentes por parte del régimen sigue siendo incesante y que el estadounidense Alan Gross continúa encarcelado bajo falsos cargos.
"Y mientras que Cuba ha ensayado la liberalización económica y ha levantado para algunos las restricciones de viaje, no vemos ninguna señal de que los hermanos Castro estén abriendo el puño. Un levantamiento total del embargo ahora equivaldría a premiar y avalar su intransigencia", señala el cotidiano.
"La concesión de poner fin al embargo no debe ofrecerse a cambio de nada. Debe hacerse cuando el gobierno de Cuba haga realidad la meta que tanto acariciaba Payá: garantizar a su pueblo verdadera libertad", concluye diciendo el editorial de The Washington Post.