El cardenal cubano, Jaime Ortega Alamino, se sumó a la polémica sobre la participación de Cuba en la próxima cumbre de Las Américas estimó este viernes que su país debe participar en la próxima Cumbre de Las Américas, que se celebrará en Panamá, al recibir en ese país un doctorado honoris causa de una universidad local.
"Yo creo que sí. Todos deben participar, evidentemente", expresó Ortega brevemente a periodistas al ser cuestionado sobre si sería positiva la presencia de Cuba en la 15ta Cumbre de Las Américas prevista para el próximo abril en Panamá.
La Universidad Santa María La Antigua (USMA) entregó a Ortega Alamino el doctorado honoris causa en Humanidades y Ciencias Religiosas en un acto al que acudió el presidente de Panamá, Juan Carlos Varela.
El presidente estadounidense, Barack Obama, y el gobernante cubano, Raúl Castro, han sidoinvitados a la cumbre por el gobierno de Varela, quien definió al cardenal como "una figura muy importante" para los "retos diplomáticos" de Panamá el próximo año.
Varela aseguró que el purpurado se ha enfocado en "los derechos humanos y la libertad de personas que habían sido detenidas por temas políticos, y es una persona muy importante en la vida diaria del pueblo cubano".
La posible presencia de Cuba, un país donde no existe la democracia representativa, ha motivado objeciones de Estados Unidos y Canadá, aunque es respaldada por la mayoría de los gobiernos latinoamericanos.
En la Declaración de Quebec, correspondiente a la Tercera Cumbre de Las Américas celebrada en 2001 en esa ciudad canadiense, los mandatarios condicionaron la participación en esas reuniones a la preservación de la democracia.
En su quinto párrafo, la Declaración postula: "Reconocemos que los valores y prácticas de la democracia son fundamentales para el avance de todos nuestros objetivos. El mantenimiento y fortalecimiento del Estado de Derecho y el respeto estricto al sistema democrático son, al mismo tiempo, un propósito y un compromiso compartido, así como una condición esencial de nuestra presencia en ésta y en futuras Cumbres".
Ortega, líder de la Iglesia Católica cubana en las últimas décadas, participó en mayo de 2010 en un inédito diálogo convocado por Castro que derivó en la liberación de 130 presos políticos y de conciencia.
Sus intentos por usar la autoridad de la iglesia para influir en la difícil situación del país le han merecido diversos reconocimientos internacionales, pero también acusaciones de complicidad con el gobierno de La Habana.
Ortega "ha servido de puente para acercar posiciones en una sociedad donde hay diversas posturas a veces incompatibles sobre el futuro del país", dijo el arzobispo de Panamá, José Domingo Ulloa.
El cardenal recibió de las autoridades de la USMA un anillo, una medalla, un pergamino y un birrete por la que consideraron, según una resolución de la universidad, "su gran labor en pro de la libertad religiosa y defensa de los derechos humanos y de la Iglesia en Cuba"..