No hay dudas de que los cubanos que gustan de los mariscos, ausentes del mercado nacional; o quienes abastecen la bolsa negra, se ponen cada día más creativos para eludir a las autoridades.
Como si se tratara de enfermos graves, un lote de langostas y camarones fue descubierto en días pasados viajando con toda urgencia a bordo de una ambulancia, hacia un punto desconocido.
La noticia, publicada por el diario Granma, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba, fue escrita por Ortelio González Martínez, a propósito de la pesca ilegal en las represas y costas marinas de la provincia de Ciego de Avila.
“Autoridades del territorio que se dedican a poner coto a las ilegalidades han debido actuar, desde el decomiso de cientos de metros de paños de redes, de chinchorros, hasta la confiscación de 122 kilogramos de camarón y 50 de langosta en una ambulancia”, afirmó González.
El periodista calificó a los pescadores sin licencia de “enemigos internos contra los cuales hay que arreciar la lucha”.
“Aunque las redes del control van cerrándose y atenazan las ilegalidades, todavía existen agujeros negros por donde escapan los productos del mar”, se lamentó González.
La pesca de langosta, camarones y otros crustáceos, es considerada ilegal para la mayoría de los pescadores, tengan licencia o sean furtivos. Esa actividad está reservada para las embarcaciones de las cooperativas estatales o privadas, obligadas a vender sus capturas al Estado para su exportación o consumo en los centros turísticos de la isla.